En enero de 2017 Castelló sufrió un temporal de lluvia y nieve que afectó de forma global a toda la provincia y que, en el caso de la capital de la Plana, volvió a hacer mella en la Marjaleria, una zona humeda salpicada por el cemento de las decenas de viviendas que fueron emergiendo en la zona durante décadas que y que, pese a haber mejorado de forma significativa su respuesta ante las inundaciones, sigue sin tener la solución definitiva.

Fue en ese momento cuando la alcaldesa, Amparo Marco, dejó patente la urgencia de la ampliación de la desembocadura del río Seco, «que vamos a seguir reclamando ante la Confederación Hidrográfica del Júcar». El proyecto, aunque lo parezca, no parte de cero ya que está elaborado desde hace años y se encuentra en los despachos de la CHJ pendiente de que haya una reserva presupuestaria. Su coste, según consta en el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, es de 10,5 millones de euros.

Hace unos días la alcaldesa, con motivo del Master Plan para regenerar toda la zona del río, volvió a recordar que siguen pendientes de esta ampliación de la desembocadura, una obra que va más allá del aspecto paisajístico ya que de ella depende solucionar los problemas de inundaciones del Barranco del Sol y otros proyectos medioambientales que maneja el consistorio para la zona litoral, donde pretende recuperar el entorno como un nuevo espacio verde. Pero desde la Confederación Hidrográfica del Júcar siguen sin definir si el proyecto es válido, si se va a desarrollar y cuál es la previsión. Fuentes de la CHJ se limitan a señalar que «en estos momentos se están realizando los estudios de análisis coste-beneficio», señalando que es un requisito preceptivo «al ser una obra estructural». No hay más.

El objetivo del proyecto inicial es aumentar los caudales de desagüe al mar en periodos de avenida hidráulica por el cauce y temporal de Levante en el mar. La idea es actuar en la margen derecha del río, que en la actualidad tiene una carretera de enlace del camino Serradal a la playa, donde no existen viviendas. Esto supondrá absorber una parte de la cara norte de los terrenos del aeródromo. Además, se incluye la posibilidad de demoler el actual puente para construir uno nuevo. Amparo Marco ha insistido de nuevo estos días en que esta obra es fundamental para poder encauzar el Barranco del Sol y clave para acabar con las inundaciones en zonas como el Grupo San Agustín y San Marcos.

Alegaciones de CseM

La ampliación de la desembocadura del río Seco está dentro también de las peticiones de los socios de gobierno de PSPV y Compromís. Castelló en Moviment ha planteado en sus alegaciones al Plan General Estructural convertir en una zona verde el entorno del aeródromo. Y para ello plantea aprovechar la ampliación de la desembocadura del río Seco que ha proyectado la Confederación Hidrográfica del Júcar para incrementar los usos verdes y trasladar el tráfico de este tramo de la avenida Ferrandis Salvador (desde el campo de aviación hasta el río Seco) al camí Serradal. CseM aplaza a un futuro su anhelo de recuperar el paisaje de marjal y dunas en el emplazamiento del Aeroclub.

Según señaló en su momento el portavoz de Cs en Moviment, Xavi del Señor, el aumento de la desembocadura -previsto como medida antiinundación- podría propiciar el desarrollo de una gran zona verde litoral entre el delta del río y el aeródromo. El tráfico rodado podría desviarse, resalta, al Serradal y regresar a Ferrandis Salvador tras el río.