El festival Rototom Sunsplash, que se celebrará en Benicàssim del 16 al 22 de agosto, intensificará en esta edición su apuesta por reducir el consumo de plástico activando de nuevo su sistema de vasos reutilizables y triplicando las fuentes de agua para evitar el vertido de 180.000 botellas plásticas.

La política de compromiso ambiental del festival internacional reggae se sustenta en la apuesta por el reciclaje, la eliminación del plástico y la sensibilización ciudadana en buenas prácticas, han recordado desde el certamen. Todos los contenedores instalados en el festival, tanto en la zona de camping como en la de conciertos, son un punto de reciclaje en sí mismo, y ello ha permitido reforzar la recogida selectiva: casi 30.000 kilos de residuos de envase en 2017, "traducidos en múltiples beneficios ambientales".

Este esfuerzo recolector ha evitado la emisión a la atmósfera de casi 28 toneladas de dióxido de carbono; el consumo energético anual de 32 hogares de tres personas y el consumo de agua de once personas durante todo un año. Las propuestas para reducir el uso plástico en el interior del recinto y la acampada han sido una tónica progresiva que este año da un paso más con la incorporación de nuevas fuentes y más variedad de material biodegradable en las barras, que repiten sistema de vasos reutilizables y con fin solidario.

Si el año pasado toda la recaudación, 12.000 euros, se destinó a ayudar a la Asociación de Esclerosis Múltiple de Castelló al mantenimiento de su nueva furgoneta adaptada, en esta edición los fondos serán para la ONG de ayuda a los refugiados Proactiva Open Arms.

Como novedad, el sistema de vasos reutilizables funcionará con tokens: monedas para poder canjear los vasos sin necesidad de llevarlos siempre encima.

Ahorrar 180.000 botellas de plástico, el triple que en 2017, es el objetivo que se persigue con la instalación este año de nuevos puntos donde obtener agua fresca de calidad, tanto natural como con gas, por un precio asequible. En la acampada se duplican las casetas de agua mientras en el recinto, veinte restaurantes incorporarán, como novedad, dispensadores en sus barras para facilitar el acceso del público. Prácticamente nulo será el consumo de plástico en estos establecimientos, ya que los últimos elementos de este material que quedaba, los vasos pequeños para licores, se unen al resto de la vajilla biodegradable, incluidas las pajitas de almidón de maíz.

Todos los servicios de catering del certamen incluyen material de biocompostaje, elaborados a partir de caña de azúcar, fécula de maíz o madera: su reciclaje junto a la basura orgánica permite que puedan ser reutilizados para fabricar compost. La acampada es otro de los escenarios que reflejan esta acción medioambiental del festival.

El Sunsplash ha plantado a lo largo de los años en esta área de descanso casi medio millar de nuevos árboles, que además de sombra para una mejor estancia del público, ha permitido empezar a construir un pequeño pulmón verde en pleno festival. El compromiso ambiental se refleja también en la programación de las áreas extramusicales. La preocupación por el vertido de plástico, en especial a los océanos, se plasmará en una de las cinco ponencias programadas en el Foro Social.

Por su parte, Pachamama, el espacio para el crecimiento personal y de reconexión con la Madre Tierra desde los valores de desarrollo sostenible, agroecología y salud, incorporará de nuevo la mesa de intercambio de semillas, que ayudan a nutrir el banco de simientes del festival y plasman su apuesta por la biodiversidad agraria. El reaprovechamiento de los recursos hídricos para usos no potables; la apuesta por la movilidad sostenible, con el fomento del transporte público y bicicletas para moverse por el recinto; y pautas de consumo responsable que priorizan los productos locales son otros vértices de la filosofía verde del Rototom.