El pasado jueves asistí al pleno del Ayuntamiento de la capital en una tarde verdaderamente calurosa pero muy menguada por el funcionamiento del aire acondicionado de la sala de plenos, que en ocasiones producía fuertes corrientes de aire, que pese a todo se agradecían. Fue un pleno con muchas sorpresas; la primera, el lleno casi completo de ciudadanos y ciudadanas, la mayoría de los cuáles con evidentes intereses en las zonas de la Marjalería y del barrio Crèmor, que se iban a tratar en uno de los puntos del orden del día el que hacía referencia a la aprobación del nuevo plan de urbanismo, que sin previo acuerdo entre todos los grupos políticos y asociaciones vecinales será expuesto aunque quedan por aclarar muchas alegaciones que se han hecho hasta ahora.

La gran sorpresa que me llevé inicialmente fue el comprobar la desaparición de todos los retratos de los diferentes hijos e hijas predilectas que han figurado desde hace muchos años en este salón de plenos del Ayuntamiento, el más importante de la casa de la ciudad. Como me hizo ver el concejal Enric Porcar, se han trasladado a la sala dónde se reúne la Junta de Gobierno, que no ha quedado del todo mal. Al menos no han llevado de viaje el cuadro del Rey Felipe VI ni lo han puesto boca abajo.

El problema radica ahora en cómo se va a decorar este salón. Espero que no se haga con fotografías de refugios o de personas que no conciten consensos. Le sugeriría a la alcaldesa que confíe esa misión al cronista de la ciudad, Antonio Gascó, por su conocimiento de la historia y de las bellas artes. Cuadros de tan ilustres pintores como Puig Roda, Porcar, Ramón Catalán, Soler Blasco, Ripollés, etc. no desentonarían lo más mínimo, todo menos publicidad partidista. Ese salón merece un trato digno.

Cuando se produjo el cambio en la corporación con la entrada de mucha gente joven en los diferentes grupos, pensé que la oratoria registraría mejor nivel y que el intento de llegar a consensos primaría sobre el deseo de aplastar al contrario, pero mi gozo en un pozo. El PP presentó una propuesta para mejorar tanto el camino la Plana como el que separa los términos de Benicasim y Castellón y que, sobre todo en los veranos, tienen gran circulación y beneficiarían tanto a muchos castellonenses como benicenses. Pensé que todos los grupos se sumarían a estas iniciativas, pero el concejal Simó rechazó estas propuestas por entender que eran electoralistas y que el equipo de gobierno ya tenía decidido el plan de mejora, aportando muchos papeles pero pocas resoluciones iniciales. ¿Tanto cuesta haga las propuestas el grupo que las haga, si esas propuestas son buenas para la ciudadanía, que se aprueben sin echarse reproches? Esperaremos a ver cuando se llevan a cabo estas mejoras y las palabras dejan paso a los hechos.

Tampoco el señor García trata de emplearse con mucha cordialidad, todo lo contrario de Enric Porcar que, sin ofender, defiende sus posiciones como quiere pero con una corrección que se agradece. Deberían reparar en lo que dice Henri Bouché en uno de sus últimos artículos: «Cantos de sirena y amenazas es lo que priva en demasiadas ocasiones en las discusiones públicas, ninguna de cuyas modalidades es adecuada para el diálogo sincero y para el entendimiento mutuo. Precisamos de educación y moralidad para que la comunicación sea correcta y fructífera. Comunicarse y respetarse es lo que hace falta aprender y practicar».

Hubo un grupo político, cuyas propuestas a veces resultan difíciles de entender, que trató de provocar a la alcaldesa Amparo Marco para que entrara en rifi-rafe con su portavoz cada vez que se le interpelaba con el objeto de alcanzar protagonismo y espacio en los medios de comunicación. Pero en esta ocasión la alcaldesa, que dirige los plenos correctamente, sacó la mano izquierda para torear esta propuesta hasta el final de la sesión, haciendo referencia a que el reglamento no lo permite por lo que no estaría de más que algunos concejales conocieran más dicho reglamento.

Ahora que se someterá a información pública el plan general de ordenación urbana, los que deben estar atentos es todos los colectivos y naturalmente los particulares para que puedan defender sus intereses si es que los consideran afectados.

Y esto fue en mi opinión lo más destacado junto a la aprobación de una factura atrasada de un billete, supongo que sería de Tram, y un almuerzo del Jefe del Gabinete de la Alcaldía que sacó a relucir uno de los portavoces del PP y que resulta un poco sorprendente, sobre todo por la poca cuantía, ya que creo que no llegaba ni a veinte euros. Por cierto que ya no habrá Tram ni a Benicasim ni a Vila-real por lo que ha dicho un alto cargo de la consellería correspondiente. Aquí autobuses y en otros sitios trenets. A mi sinceramente me gusta el Tram y creo que igual que yo lo usa mucha gente. Por eso me gusta la Diputación, porque puede defender estas cosas.