La Audiencia Provincial de Castelló ha acordado celebrar a puerta cerrada el juicio a un hombre acusado de la muerte a hachazos de Maikel Navarro cuyo cadáver fue hallado en una vivienda ubicada en el caminio Enriera en enero de 2017.

Tal como se recoge en el auto de la Audiencia Provincial de Castelló, se ha tomado dicha decisión para "evitar los graves incidentes sucedidos, tanto dentro de la sala de vistas como en las inmediaciones de la misma, con ocasión de la celebración del juicio ante el Juzgado de Menores de Castelló respecto de los menores que fueron acusados por su participación en los mismos hechos que son objeto del presente procedimiento, y que fueron protagonizados por algunos de los familiares de la víctima que no supieron controlar las emociones derivadas de lo sucedido, pese a las advertencias de que fueron objeto por parte de quien presidía la sesión".

Asimismo, se añade que "en previsión de que se repitan los incidentes, por más que parezca que se puede prevenir mediante la ayuda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, resulta procedente celebrar las sesiones del juicio a puerta cerrada".

Con todo, esta medida no se aplicará al padre y la madre de la víctima "por su indiscutible especial interés en la causa".

Según informan desde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), por este crimen ya fueron juzgados y condenados dos menores. El juicio al acusado mayor de edad, que se celebrará por el procedimiento del jurado popular, comenzará el próximo 23 de noviembre.

El juicio, a petición del fiscal y de la defensa del acusado, se celebrará a puerta cerrada por razones de seguridad, para evitar que se repitan los incidentes que se produjeron durante el juicio a los dos menores. Ninguna otra parte ha planteado ninguna objeción, confirman las mismas fuentes.

La Audiencia, no obstante, permitirá entrar en la Sala de vistas a los padres del acusado y de la víctima.

El Juzgado de Menores número 1 de Castelló ya condenó a dos adolescentes. A uno de ellos con una pena de ocho años de internamiento en régimen cerrado y cinco años de libertad vigilada. Al otro le condena a cinco años de internamiento en régimen cerrado y a tres años de libertad vigilada.

La magistrada les considera autores de los delitos de asesinato y hurto. Por este crimen está investigado otro joven, mayor de edad, cuya causa se instruye en otro juzgado, y cuyo juicio se celebrará el próximo 23 de noviembre a puerta cerrada.

Los hechos sucedieron el día de Reyes de 20017 cuando los dos menores, junto al adulto, mataron de doce hachazos a un joven al que conocían y con el que uno de los ahora condenados tenía una deuda por un asunto de drogas. Tras el asesinato, registraron al fallecido, le quitaron varias pertenencias y enterraron el cadáver en un huerto.