Llegó Óscar Cano al banquillo del CD Castellón y ocho refuerzos le acompañaron para apuntalar a un equipo estancado en el fango de las plazas de descenso a Tercera División. Eso ha conllevado que haya futbolistas beneficiados y damnificados por este trajín. Hay jugadores con poca participación con Sergi Escobar y David Gutiérrez, a los que ahora se les ha hecho de día, y otros que parecían intocables y de un tiempo a esta parte apenas han disfrutado de minutos.
Entre los jugadores que han notado un cambio más brusco en esta nueva etapa están Rubén García, Marc Castells, Theo García, Ramón Verdú y Kilian Morante. El primero de ellos, el lateral diestro ilicitano, ha pasado de jugar el 87,15 por ciento de los minutos, a jugar el 13,65 por ciento. El mediocentro Marc Castells también ha pasado de ser pieza clave en el centro del campo o en el eje de la defensa, a no jugar ni un minuto en los tres últimos encuentros, lo mismo que le está sucediendo al lateral izquierdo Ramón Verdú. El nuevo sistema, con tres centrales, prescinde de los laterales y da opción a los extremos.
En el otro polo están los beneficiados desde la llegada de Óscar Cano al banquillo. Caso a parte es la del portero valenciano Álvaro Campos, quien lo jugó todo con Sergi Escobar, con David Gutiérrez y ahora con el preparador granadino. Y dos gratas noticias se han producido también, con futbolistas con un papel segundario se han puesto galones. Uno es el jienense Antonio Caballero, jugador de una tremenda calidad que está ofreciendo la mejor versión en el centro del campo. O el extremo diestro reconvertido a una especie de lateral como es el guipuzcoano Joseba Muguruza.
Y es que los refuerzos de invierno son, al fin y al cabo, refuerzos. Jugadores que, en teoría, tienen que mejorar a lo que se tiene en la plantilla y si se les fichan es para que jueguen. Por tal motivo, la situación para unos cambia a mejor y para otros a peor. Han llegado ocho refuerzos que seis apuntan a ser titulares, por lo tanto seis de los anteriores titulares quedan relegados al banquillo o a la grada.
El nuevo inquilino cumplió siete partidos en el banquillo el pasado domingo, después de coger al equipo en descenso. El plantel tiene más empaque, más recursos y mejores propósitos, pero sigue en la zona baja de la clasificación.
