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La Vall d'Uixó

¿Un vallero a las órdenes de Al Capone?

Dada la universalidad de los vecinos de la Vall d'Uixó, no sería de extrañar ver a uno de ellos trabajando para la mafia

¿Un vallero a las órdenes de Al Capone? EFE

Uno de los tópicos que persigue a cada vecino de la Vall d'Uixó en cada viaje que emprende es otro vallero. En el imaginario popular siempre ha existido esa, por pequeña que sea, esperanza de encontrar a un vecino o vecina que se encuentre allá dónde un vallero esté.

No importa el lugar, ni el momento, ni el motivo del viaje; a nadie nos extraña encontrarle en Kuala Lumpur, Londres, Lima o Alcalà de Xivert. Por eso no parecía tan inverosímil encontrar uno en el Chicago de los años 20.

Alphonse Capone (Brooklyn, Nueva York, 17 de enero de 1899 - Palm Island, Florida, 25 de enero de 1947) fue el capo de la mafia italoamericana del Chicago de la Ley Seca, el malvado de tantas y tantas historias, el evasor fiscal, el asesino, y también el instigador de la ley de etiquetado de caducidad de los alimentos.

Si pensamos en los niveles de pobreza a los que las grandes ciudades de los Estados Unidos habían llegado en aquellos años no es de extrañar que el mercado negro y las organizaciones armadas estuviesen llenos de personas que buscaban llevar el pan de cada día a sus mesas, fuere cual fuere la forma de proceder a ese fin. Y, teniendo en cuenta la universalidad de los vecinos de la Vall d'Uixó, tampoco sería de extrañar ver a uno de ellos trabajando para la organización de Chicago a las órdenes de Capone.

Claro, si llega a tus oídos que un vallero fue chófer de Capone Pues es difícil de creer. Pero si años después vuelve a llegar por otra parte, y por otra, pues tu cabeza empieza a valorar la idea de que sea cierto. Y en ese punto empieza esta andadura de búsqueda del vallero a las órdenes de Scarface. Nuestro personaje empieza su historia en un puerto para embarcarse hasta América, posiblemente Barcelona. Pero tenemos un problema: no sabemos su nombre. ¿Cómo podemos empezar a buscarlo? El problema se hizo más y más grande posteriormente, cuando preguntando encontramos cada vez más datos. Que fue procedente de Almedíjar, que hizo familia en la Vall, que se largó sin dejar huella... Datos, pero seguimos sin nombre.

Nos cuentan que perteneció al grupo que efectuó la matanza del día de San Valentín, el 14 de Febrero del 29, y que la familia en España supo de su muerte al leer una esquela en los periódicos, lo cual nos lleva directos a escarbar en decenas de hemerotecas buscando un nombre, un apellido. La búsqueda nos conduce a la Biblioteca Nacional en Madrid y a Aranda de Duero, en la provincia de Burgos.

Sí que hubo un español trabajando para Capone, y este fue Sebastián Martín, un arandino que siguió los mismos pasos que nuestro vallero y que sí llegó a trabajar para Capone, bajo los nombres de Tony Martin, El Español o el Diablo Martin.

Algunos testimonios nos llevan a la idea de que cambió su nombre al llegar a Estados Unidos, que nunca más se supo nada de él. Que nadie puede haber leído una esquela con su nombre en España. Incluso que su nuevo nombre al ingresar en la organización criminal fue Frank Nitti, amigo íntimo de Capone y socio en sus «negocios».

Pero sabemos que Frank Nitti nació en Angri, municipio cercano a Salerno, puerto del que partió hacia Nueva York tras la Gran Guerra.

Ni nombre, ni apellido. No hubo tal historia. Ningún vallero conocido estuvo a las órdenes de Scarface Al Capone, ni participó en tal matanza. Por su puesto, Frank Nitti no disfrutó de un atardecer en Sant Josep ni paseó tranquilamente por el barrio de l'Alcúdia durante su infancia.

Muchas son las historias, leyenda o realidad, que pasean por el imaginario popular vallero, que es un tesoro por sí mismo, y fruto de las conversaciones en los bares, en las hogueras o en los salones. Este imaginario popular que ha construido una personalidad particular.

Así que cuando paseemos por cualquier ciudad de cualquier lugar del mundo, debemos mirar a nuestro alrededor y pensar «¿Hubo algún vallero aquí?».

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