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Matarem el cuc ací

Creación más allá de la etiqueta de vanguardia

En 2010 se establece en una antigua casa de estructura tradicional que pronto pasó a ser la base de operaciones del restaurante, desterrando los planes de vivienda que había

Creación más allá de la etiqueta de vanguardia

Cualquier día de primavera es buen motivo para visitar la Plana Baixa y el Camp de Morvedre. Y mucho más para encontrarse o reencontrarse con la historia o la naturaleza cara a cara, como nos puede pasar si paseamos por Almenara. Su castillo, sus grandes extensiones de marjal, sus naranjos o sus estanys son siempre de parada obligatoria para el que quiere descubrir lugares donde encontrarse con la tierra cara a cara. Y tras el paseo, decidimos hacer un alto para comer en el Restaurante El Cau.

Cuando se cruza la puerta del restaurante El Cau de Almenara, se ha de estar dispuesto a tener lo mejor de sentirse como en casa, y lo mejor de descubrir un nuevo lugar. La iluminación justa, y la sonrisa de Quique Castelló nos acompañan a una mesa para que Nacho y Jose Castelló, los tres hermanos, nos cuenten la historia del restaurante y nos presenten este lugar único.

Nacho y Jose estudiaron cocina hasta el año 2007, en el que entraron a trabajar en la cocina del restaurante familiar. En aquel tiempo la familia regentaba el vecino bar de la Cooperativa, y allí entraron a trabajar. Jose recuerda que «esa fue la primera vez que nos enfrentamos a la cocina. Me acordaré siempre de aquel arroz al horno que no me salía hasta que la panadera me explicó que había cosas que yo, todo un estudiante de cocina no había hecho bien: calentar la cazuela, precalentar el horno» y es que estudiar cocina les ayudó, pero no fue hasta que se enfrentaron a los fogones que estos dos hermanos lograron llegar hasta donde están.

Se miran y sonríen cuando recuerdan aquel tiempo en que creció su aprendizaje cuando salieron de Almenara a trabajar y estudiar en València y Barcelona. «De aquellos momentos hemos sacado mucho. Hemos trabajado en restaurantes en que la cocina era algo diferente a lo que conocíamos. Nuevas técnicas, nuevo tratamiento del producto y nuevas influencias», reconoce Nacho. Y desde 2010 que El Cau es una realidad que ha evolucionado hasta ser un lugar de referencia en la zona. Una referencia que se caracteriza por un respeto por el lugar en el que están. «El producto y la temporalidad son los protagonistas de la carta», sin abandonar la cocina tradicional, que tanto han trabajado.

En 2010 se establece el restaurante en una antigua casa de estructura tradicional en la que pensaban establecer la vivienda en un primer momento, pero que pronto pasó a ser la base de operaciones del restaurante. Se encuentra en la calle Doctor Berenguer número 8 de Almenara. Entre miradas a los azulejos y risas los hermanos recuerdan el momento del inicio, en el que la morcilla con miel o el queso con mermelada de frutos rojos les parecía una tapa rompedora; «y es que en realidad lo era en aquel entonces, aunque ha llovido mucho ya». Ahora, en el que califican como el momento más maduro por el que ha pasado el negocio, aprovechan cualquier momento de poca afluencia para meterse en la cocina a disfrutar y probar cosas nuevas. Nacho señala una alacena en la pared. «En aquel armario hay un montón de libros, y son libros de recetas. Ya no sé cuánto tiempo hace que no leo una novela. Eso sí, los libros de recetas los devoro».

La cocina es una cocina que pretende diferenciarse en dos aspectos fundamentalmente. Con una declaración de intenciones «en la que prima la creación sobre la etiqueta de vanguardia. Más rock n'roll que clásica, muy gamberra» como destaca Jose. En este caso, hay una clara influencia de la fusión entre el concepto de la tapa y el concepto del Street Food, o comida callejera. Un concepto de mesa en la que prima el compartir de los platos más allá del plato tradicional. Y platos con un denominador común en todos ellos: la importancia del fondo del plato en la calidad del producto y en la elaboración.

De la comunicación y de la sala se ocupa Quique, el cual siempre con una sonrisa explica los platos a los clientes. Se ocupa de las redes sociales, fotografías y marketing. «Esto no se trata solamente de tener una buena cocina, sino de saber transmitirlo al que todavía no ha venido y de cuidar al que ha venido».

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