Un año más los artesanos falleros de Borriana han mostrado su buen hacer, presentado trabajos con gran calidad artística y mejorando como cada año en pintura.

Pero la realidad del artesano está en el escaso presupuesto, el mismo o inferior a los de hace quince años. Esto hace que este trabajo que tanto admiramos solamente les permite sobrevivir. Los monumentos son cada año más pequeños y escasos en detalles y para cubrir el presupuesto anual tienen que firmar tantas fallas que le obliga a construir de forma adecuada para poder plantar en dos o tres días todo el trabajo realizado. La situación demuestra que las fallas necesitan un impulso económico exclusivamente para los monumentos.

Desde hace unos años la diputación está colaborando en esta importante fiesta y luce más la ofrenda a la patrona de la ciudad con las bandas de música que subvenciona la diputación al igual que el tren que recorre todos los emplazamientos falleros, el alumbrado de las fallas y el cartel con el nombre de cada comisión..

En cuanto a las críticas, este año les ha faltado mordiente y uno de los problemas con que cuenta este apartado ( de ingenio y gracia) está en parte en el apartado económico, los monumentos no cuentan con fondo de escena, el ninot está prácticamente separado de monumento fallero y ubicado sobre el asfalto, a las figuras para que la crítica llegue con mayor facilidad a los ciudadanos les falta el pedestal y fondo de escena, así como detalles que facilite al lector poder comprender con mayor facilidad lo que está leyendo. Dotar los monumentos de pedestales, fondo de escena y detalles, supondría para el artesano reducir contratos, firmar menos fallas dado que en la planta tendría que hacer un mayor esfuerzo. En ningún momento podemos censurar el sistema que ha elegido el artesano, la actual forma de trabajar es la que le permite sobre vivir en un oficio que cada año exige una mayor dedicación para cumplir con las exigencias legales.

Las comisiones falleras tienen que competir a lo largo del año en distintas actividades y a las que se destine parte del presupuesto. Pero lo que realmente da la imagen a esta ciudad son los monumentos falleros, a los que tenemos que dotar con una mayor aportación económica.