La Agencia Tributaria ya hace caja como antes de la crisis económica desatada en 2008. El informe de recaudación de la Agencia Tributaria correspondiente al ejercicio 2018 así lo constata al revelar que este organismo estatal ingresó 13.195,5 millones de euros en la autonomía durante 2018, lo que supone un incremento del 3,6 % en comparación con el año anterior. Tras varios ejercicios de recuperación, reflejada en un claro aumento del consumo de bienes y de generación de empleo, tanto el IRPF como el IVA -principales indicadores de la marcha de la economía y principal fuente de ingresos de Hacienda- anotaron mejorías durante el último año tal como también ha ocurrido en la mayoría de territorios de España.
Pendientes de lo que ocurra en las elecciones del próximo 28 de abril y de quién ocupe el Palacio de la Moncloa, la carga tributaria se desplaza hacia las rentas del trabajo y del consumo, si bien retrocede en las del capital. En ese sentido, las bonificaciones y los problemas de rentabilidad están frenando la tributación de las empresas (Sociedades). Actualmente ese gravamen aplica un tipo nominal del 25% (del 30% en el caso de las entidades financieras y las compañías de hidrocarburos), pero el gran número de bonificaciones y deducciones aplicadas hace que el tipo efectivo sea muy inferior, lo que explica la baja aportación recaudatoria en comparación con los niveles de 2007, antes de que estallase la burbuja inmobiliaria.
Estructura de ingresos
Los valencianos pagaron 5.571 millones de euros por el impuesto de la renta, que supone un aumento del 5,7% (dos puntos menos que la media de España). El incremento del IRPF se produce paralelamente a la creación de ocupados y de cotizantes a la Seguridad Social. Hay que tener en cuenta que la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2018 marcó el nivel de ocupación más alto y el paro más bajo de los valencianos desde 2008. De hecho, en el cuarto trimestre del año pasado se llegó al nivel de 2.062.700 personas ocupadas. Mientras tanto, el Impuesto sobre el Valor Añadido, que indica por ejemplo las ventas de grandes bienes de consumo como los automóviles o de viviendas se situó en 4.722,2 millones de euros en la C. Valenciana, un 8,7 más que en 2017.
Respecto a los impuestos especiales, aquellos que afectan a las bebidas alcohólicas, hidrocarburos y tabaco, se produjo un estancamiento al crecer tan sólo un 1,3 % durante 2018 en comparación con el año anterior.
En comparación con el resto de España, el incremento de la recaudación global de la C. Valenciana se sitúa en la mitad que en el conjunto de España (3,6 % frente al 7,6 %). El balance recaudatorio de Hacienda se produce en unos niveles de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) próximos al 2,6 %. Con todo, el recaudador estatal logra mejorar sus cifras tras un largo período de déficit en las cuentas públicas y años de marcadas políticas de austeridad, cuando se produjeron sucesivas reformas y ajustes tributarios como aumentos del IVA y en los impuestos especiales que se consolidaron, subidas y rebajas en el IRPF y cambios en Sociedades, entre otras variables.
Tendencia en 2019
¿Y qué pasa en 2019? Pues que la Agencia Tributaria revela en su informe de recaudación de enero y febrero de 2019 que los ingresos globales se elevan a 2.604 millones de euros, un 5,5 % más que en idéntico período de tiempo de 2018. En el conjunto de España esos ingresos crecen algo menos (3,6 %). También IRPF e IVA se mantienen en niveles de aumentos próximos al 5 %, si bien continúa a la baja el de Sociedades y los impuestos especiales.
