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Una vida con 105 años de recuerdos

La castellonense Carmen Clausell, que estudió Comercio, fue taquillera y bordadora, relata su vida en Levante-EMV

Una vida con 105 años de recuerdos

Sentada en su sillón, en bata, tapada con una manta y mirando el televisor. Así nos recibe Carmen Clausell, de 105 años. Su avanzada edad no le ha mermado la memoria (la mantiene intacta) ni tampoco deja seña en su rostro ausente de arrugas. Recuerdos que fluyen sin titubeos y que expresa a la perfección ayudándose de gestos con los brazos muy elocuentes. Nació el 27 de diciembre de 1913, ha vivido en Castelló, Almassora, Madrid, Barcelona y en Francia, donde nació una de sus dos hermanas. En Barcelona estudió Comercio. Una mujer con mayúscula.

De joven no pasaba desapercibida y ha sido una mujer muy conocida en Castelló. «Tuve muchos pretendientes y un solo novio. Doce días antes de la boda descubrí que tenía una amante, y no me casé. Él se casó con la amante y el matrimonio duró tres meses. En Castelló se extiende todo enseguida», relata Carmen de manera simpática y sin rencor. Carmen ya no volvió a tener ningún novio, dice que uno «ya tuve bastante» y tampoco se casó.

Durante muchos años trabajó de taquillera en el Teatre Principal de Castelló donde vivió cientos de anécdotas. Compaginó su trabajo como taquillera con su otra profesión: bordaba a máquina, daba clases y, a lo largo de los años, tuvo bastantes alumnas.

Cuando salió del colegio se fue a estudiar a Madrid, donde vía una hermana de su madre, y también estudió en Barcelona, ciudad en la que residía otra tía. También tiene recuerdos de pequeña cuando estuvieron en Francia, de donde se vinieron, cuando en Castelló hubo más trabajo. Antes de instalarse en la capital de la Plana estuvieron en Almassora donde su padre fue carpintero.

Llegaron a Castelló antes de que estallara la Guerra Civil. «Tengo muy malos recuerdos de aquella época. Teníamos el refugio delante (el de Santa Clara) y recuerdo cómo mi padre y mi madre nos ponían a cubierto», relata Carmen.

Se define como una amante de la lectura, solo hay que ver las estanterías repletas de colecciones enteras que aún conserva en su casa de autores como Agatha Christie y Rafael Pérez y Pérez, autores de novela policiaca y rosa, respectivamente, aunque leía todo tipo de género literario.

Carmen se despidió diciendo estar encantada con la entrevista, dando las gracias e invitándonos a volver cuando quisiéramos.

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