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CD Castellón

Las claves de un divorcio

El ninguneo a la parte de Castelló en la toma de decisiones deportivas desencadenó la ruptura entre Capital Albinegre, que busca recuperar el control del CD Castellón, y Garrido Ambas partes son receptivas a llegar a un acuerdo en los próximos días

Las claves de un divorcio Carme Ripollés

Ahora mismo la ruptura es una realidad, agravada por las declaraciones de unos y otros en los medios de comunicación, en los últimos meses y en los últimos días. Instalados en una situación difícilmente reversible,

Primeras tensiones

Las semillas del divorcio se sembraron en junio del año pasado. Después de subir a Segunda B, Garrido ordenó el desguace de la plantilla del ascenso, al que solo han sobrevivido Marc Castells y David Cubillas. Este último incluso estuvo a final de agosto en la bandeja de salida. Las decisiones se tomaron de forma unilateral por parte del bando de Garrido, y crearon las primeras tensiones internas en el club de la Plana Alta. Pese a discrepar en varios casos, Dealbert, nombrado secretario técnico tras ascender como futbolista, asumió el desagradable rol de despedir a sus excompañeros, citados en Castalia tras un primer y breve contacto telefónico con Juan Guerrero, nuevo director deportivo. Guerrero coronó su verano fijando el ascenso como objetivo.

En Capital Albinegre no gustaron ni el fondo ni las formas, conscientes de que este giro en la política deportiva rompía el relato de éxito del club, que logró el ascenso de los récords con siete futbolistas provinciales en el once titular. Dealbert, en sintonía con Xavi Galván, dio un paso al frente en los siguientes meses en materia de secretaría técnica. En público y en privado habló de abordar la contratación de futbolistas de la provincia de Castelló de cara a la siguiente temporada, en busca de un equilibrio entre la competitividad y el arraigo. En diciembre en Levante de Castelló dio nombres de jugadores como David Fondarella o Carles Salvador.

Los contrastes

Preparando la siguiente temporada, Dealbert asumió que su opinión no iba a ser valorada. Sintió que los meses de trabajo no valían para nada. Que había dado la cara por un proyecto ajeno a su criterio, y con el equipo en la zona baja todo el año. Su actividad, con numerosos viajes para ojear en vivo a futbolistas futuribles pese a las indicaciones de que valía con verlos únicamente en vídeo, en un choque de criterios, contrastaba con la de Juan Guerrero, que suele llegar a Castelló los jueves y se marcha los lunes después del primer entrenamiento de la semana. El propio Dealbert calificó el miércoles en Radio Voramar de «poco profesionales» algunos de los métodos de trabajo actuales. También el entrenador Óscar Cano, tras la lograr la salvación en la última jornada, dijo en Castalia que para que continuar deberían cambiar las cosas en la forma de fichar y formar la futura plantilla.

Guerrero, cuyo peso en los fichajes decreció tras la llegada invernal de Cano, centró pronto su actividad en el entorno del club, tratando de influir directamente en las opiniones de tuiteros y aficionados, con mensajes y citas, e intentando construir complicidades en las gradas, donde su figura quedó deteriorada tras el verano.

En el inicio de abril, Garrido acudió a Castelló y convocó a los medios. Se pasó el día dando entrevistas en una jornada clave, porque precipitó el adiós de Dealbert y Pablo. Garrido, de forma unilateral, deslizó que Dealbert podría tener otras aspiraciones profesionales lejos del Castellón, algo que dolió especialmente a Capital Albinegre. También despreció con desdén alguna opinión de Montesinos. El de Benlloc, que había estado ya en Londres junto a Pablo para proponer a Garrido una nueva manera de funcionar, se sintió utilizado y traicionado tras haber dado la cara por el máximo accionista. Semanas después, Pablo y Dealbert anunciaron mediante un comunicado que daban un paso al lado por «desavenencias» en la planificación deportiva.

Los plazos

En paralelo, el presidente Montesinos siguió en su cargo. Tras lograr la permanencia, eludió asegurar la continuidad en el mismo. Dependerá de cómo terminen las negociaciones por el traspaso de poderes. Garrido, que no se cierra a una salida, pide algo más de dos millones de euros, la inversión de Orbit en las ampliaciones de capital. Según fuentes cercanas a la operación, Capital Albinegro sí dispone ahora del músculo económico necesario. Se han dado un par de semanas de plazo.

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