El nuevo proyecto de competiciones internacionales que plantean la UEFA y la Asociación de Clubes Europeos (ECA) a partir de 2024 no gusta a muchas de las entidades deportivas europeas y el Villarreal CF está en esa lista de opositores a los cambios que se proponen dentro de cinco temporadas. «El Villarreal CF, dentro de un grupo conformado por siete de los nueve clubes españoles de la ECA, quiere mostrar su rechazo al proyecto de la Asociación de Clubes Europeos (ECA) y la UEFA para la 2024-25. El club entiende que la propuesta representa una futura amenaza para clubes, ligas y el fútbol europeo en general», rezaba el comunicado enviado ayer por el club tras la primera de las reuniones llevadas a cabo en Malta, hasta donde se ha desplazado el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles.
La ECA considera que ha de «estabelecer un sistema más justo» para reformar la Liga de Campeones, estando en conversaciones con la UEFA para idear un cambio de formato con el que jugar en fines de semana. Sobre su propuesta explica que la Champions se transformaría en una competición en la que 24 de los 32 equipos en la fase de grupos regresen la temporada siguiente, independientemente de dónde terminen en sus ligas nacionales, con una promoción y descensos conectada con los resultados de la Europa League.
Esto provocaría que las ligas locales acabaran devaluándose y que muchos jugadores solo quisieran disputar la competición continental por prestigio y por temas económicos, dando paso a jugadores menos mediáticos para las competiciones domésticas.
En este sentido, los clubes españoles que forman parte de dicha asociación -Athletic Club, Atlético de Madrid, Sevilla, Real Sociedad, Valencia, Villarreal y Málaga- se han mostrado contrarios a este nuevo planteamiento que solo haría que favorecer aún más si cabe a los clubes de mayor potencial. Tanto es así, que de las nueve entidades españolas que forman la ECA solo se han mostrado partidarias de los cambios el Real Madrid y el FC Barcelona.
El resto considera que el nuevo proyecto supone «una potencial gran amenaza tanto para las ligas nacionales como para la mayoría de los clubes» y representan «un ataque frontal a la estabilidad de las competiciones domésticas y el equilibrio competitivo». «Estamos totalmente interesados en contribuir a mejorar las competiciones europeas, tomar parte en un diálogo constructivo y alcanzar acuerdos todos los implicados: ligas nacionales, clubes y otros poderes públicos. Sin embargo, encontramos inaceptables los cambios en este proceso, que dejan muy limitado el espacio para la negociación», indicaron en un comunicado.
Es más, a la oposición de estos siete clubes se suma la de LaLiga, desde donde se vaticina que «la nueva SuperLiga, con ocho jornadas más y más meses de competición, provocará una disminución de ingresos de TV de las ligas domésticas en beneficio de los clubes que participen en la nueva Champions, lo que creará un gran desequilibrio competitivo». «Hasta el punto de que los clubes que no participen en esa competición no podrán mantener sus buenos jugadores», concluyen.
