Con menos de 600.000 habitantes, Castelló es una provincia considerada pequeña que, sin embargo, es la duodécima en el ránking nacional de indicadores tan potentes como el de la exportación y, además, está en el top ten de otros, también significativos, como el del número de segundas residencias, en el que ocupa el décimo puesto estatal.

Mientras que el Informe inmobiliario del primer semestre 2020 que Caixabank Research acaba de publicar resalta entre otros datos que el territorio castellonense se encuentra entre los destacados por número de viviendas habituales a la habitual, las últimas cifras oficiales del Ministerio especifican que la provincia cuenta con 168.088 casas destinadas a usos vacacionales --o bien están vacías--, que suponen nada menos que el 44% del total.

Es una proporción situada un punto por encima del 43% del parque que suponen en Alicante, líder nacional en este campo con 423.798 unidades; y sensiblemente mayor que el 27% que representan en Valencia, segunda en el ránking con 394.851.

Un elemento más que revelan los números es que, frente a una evolución de descenso en el promedio nacional del grupo de las segundas residencias, tendencia similar a la que presenta Valencia, que pierde 7.440 en tres años, Castelló ha ganado desde el 2015 un total de 11.756 viviendas que son no habituales.

El informe de Caixabank señala en lo que se refiere al origen de los propietarios de viviendas vacacionales que los residentes en Madrid, Barcelona y las tres provincias vascas son los que eligen los destinos más diversificados y se reparten en muchas provincias. En cambio, añade, «los residentes en Castelló o Huelva son los que actualmente tienen las segundas residencias más concentradas, pues cerca de un 70% de los hogares que poseen una segunda casa, la tienen en la misma provincia en la que residen».

Precisamente, la cultura propia de los castellonenses, aunque no exclusiva, de contar con el piso para el verano muy cerca de su hogar, en ocasiones en el mismo municipio, como son los casos de Burriana, Nules, Moncofa o Torreblanca, es uno de los factores que explican la abundancia de residencias adicionales, según el presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi) de Castelló, Francisco Nomdedeu.

El profesional apunta también que el hecho de ser «una provincia con costa en el Mediterráneo influye mucho para que se hagan viviendas para el verano». «Además, hemos sido una provincia rica, con mucha actividad empresarial y expectativas de desarrollo y venta, especialmente antes de la crisis, con lo que en muchas poblaciones se desarrollaron bastantes planes urbanísticos en el litoral», puntualiza Nomdedeu.

un coste más bajo // En su opinión, los precios más bajos aquí que en otros puntos de España, como son las mencionadas provincias de Alicante y Valencia, junto con que aún queda estoc por salir al mercado, son un aliciente más que hace posible contar con un parque elevado.

Este segmento es, igualmente, el que de la mano de la demanda de extranjeros ha mantenido estables las cifras de compraventas en la provincia en el 2019, como informó Mediterráneo.