Mirando más allá de nuestro Sistema Solar, investigadores de la NASA han detectado la presencia de elementos químicos básicos para la vida en un segundo planeta gigante de gas caliente, aproximando a los astrónomos al objetivo de ser capaces de identificar los planetas donde podría existir vida. El planeta no es habitable pero tiene la misma química que si se encuentra en el futuro alrededor de un planeta rocoso podría indicar la presencia de vida.

"Se trata del segundo planeta fuera del Sistema Solar en el que han sido encontrados agua, metano y dióxido de carbono, que son potencialmente importantes para los procesos biológicos en los planetas habitables", declaró el investigador del Jet Propulsion Laboratory de la NASA Mark Swain.

Swain y sus colegas utilizaron datos de dos grandes observatorios de la NASA, el Hubble y el Spitzer para estudiar HD209458b, un gigante y caliente planeta gaseoso mayor que Júpiter que orbita una estrella parecida al Sol a unos 150 años luz de distancia, en la constelación Pegaso.

"Los nuevos hallazgos siguen al gran descubrimiento de diciembre de 2008 en el que se localizó dióxido de carbono alrededor de otro planeta similar. Las primeras observaciones de Hubble y Spìtzer han revelado también la presencia de agua y metano", explicó Swain.

Las detecciones fueron realizadas mediante espectroscopia, que disgrega la luz en sus componentes para mostrar las trazas distintivas en el espectro que dejan los diferentes componentes químicos. Los datos de las cámaras casi-infrarrojas y del espectrómetro del Hubble revelaron la presencia de estas moléculas, mientras los equipos del Spitzer midieron su densidad, informa la NASA.

"Esto demuestra que podemos detectar las moléculas que intervienen en el proceso de la vida", declaró Swain. Los astrónomos pueden ahora empezar a comparar las dos atmósferas planetarias y estudiar diferencias y semejanzas. Por ejemplo, la cantidad relativa de agua y CO2 en los dos planetas es similar, pero HD209458b muestra una mayor abundancia de metano que HD189733b.

Otros planetas gaseosos calientes como Júpiter pueden ser estudiados con la tecnología existente. Sin embargo, será necesario utilizar a pleno rendimiento el nuevo telescopio espacial Kepler para poder realizar estudios similares en exoplanetas rocosos de tamaño similar a la Tierra. Los astrónomos esperan que en el plazo de diez años los elementos claves para los procesos biológicos puedan ser encontrados en algún exoplaneta de esas características, que en una órbita respecto a su estrella parecida a la que tiene la Tierra con el Sol, podría reunir posibilidades de habitabilidad.