Los socios de la Unió Musical de Llíria eligieron ayer a Josep Pedrola como nuevo presidente, un resultado que aventura que el teatro de la agrupación se mantendrá en pie después de todo. La decisión pone fin a la lucha que, durante los últimos meses, ha dividido en dos facciones a la entidad: por un lado, la que apoyaba derribar el edificio para construir un nuevo auditorio, y por otro, la favorable a su conservación.

Finalmente, la decisión se saldó con un resultado muy ajustado, que aventajó en 5 puntos a la corriente crítica con el derribo. Y eso, con un índice de participación muy superior al de elecciones anteriores, que se situó por encima de los 800 votos. Pedrola será, a partir de ahora, el encargado de sustituir a José Vicente Alcaide, quien estuvo al frente de la entidad durante los últimos 15 años y dimitió a mediados de noviembre, tras sufrir un ataque con cócteles molotov en su chalé.

Pocos minutos después de su elección, Josep Pedrola confirmó que el Teatro de la Unió Musical de Lliria "se mantendrá en pie durante los próximos años". "Ya no existe ninguna posibilidad de que se efectúe el derribo", aseguró el nuevo líder de la entidad, quien también indicó que la política del grupo, a partir de ahora, "se va a centrar en racionalizarlos fondos de los que disponemos y poner en valor nuestro antiguo teatro" .

Al respecto de las declaraciones de algunos músicos de la asocación, que amenazaron con dimitir si la opción crítica con el derribo se alzaba victoriosa, Pedrola no se mostró preocupado. "En la Unió hay más de 400 músicos, y no puede ser que todos ellos piensen así, porque si no yo no habría sido elegido", precisó. Así, consideró la posibilidad de que estas críticas "hayan estado gestadas desde la otra candidatura". Lo cierto es que los músicos no quisieron manifestarse públicamente tras las votaciones, por lo que se desconoce su reacción ante el cambio de rumbo.

"Hay que tener en cuenta que sido una campaña muy dura, sobre todo porque la otra facción era la que custodiaba el proceso electoral y nosotros no hemos tenido oportunidad de hablar", continuó el recién elegido presidente de la Unió. "Sin embargo, a partir de ahora, se abre una etapa de oxígeno y democracia: nosotros no vamos a crear ningún tipo de bandas internas", concluyó.

La visión desde el otro sector fue muy diferente. El candidato favorable a la construcción de un nuevo auditorio e integrante de la Junta Directiva durante el anterior mandato, Enrique Aragó Pérez, resultó perdedor por una diferencia muy ajustada. Algo que, según el candidato a vicepresidente de esta facción, Juan García, "genera una fractura social en la Unió, ideológicamente dividida".

Respecto a la conservación o no del Teatro, García explicó que hay un proyecto de derribo aprobado por dos tercios de la Asamblea. "Si se quiere anular, se deberá convocar una nueva reunión y dejar a un lado las subvenciones", explicó. "Tampoco creo que los músicos cumplan finalmente su amenaza", precisó, ya que, al final, "lo que prevalece entre todos es la sensatez y la cordura", concluyó.

Asambleas masivas y un ataque en la casa del ex presidente

La crisis que ha vivido la Unió Musical de Llíria arranca del proyecto planteado por la anterior directiva de demoler el actual edificio para modernizar las instalaciones. El ex presidente, José Vicente Alcaide, obtuvo una subvención del Consell de tres millones de euros. Aunque el proyecto se gestó hace varios ejercicios, este año ha sido cuando se ha generado en el seno de la entidad una corriente crítica con el proyecto y con su gestión, que avaló ampliamente la asamblea hace unos meses. Los críticos llegaron a pedir la intervención del Consell Valencià de Cultura que recomendó a las partes a llegar a un consenso antes de ejecutar la obra. Tras recibir la entidad la licencia municipal para proceder a la demolición, el ex presidente sufrió un atentado con cócteles molotov en su propia casa, que él atribuyó a las tensiones del proceso. Este ataque motivó su dimisión y la convocatoria de un proceso electoral que ahora ha ganado el sector crítico por un estrecho margen.