Benigànim se despide de cinco de sus vecinas más relevantes. Para paliar semejante pérdida, el pleno las nombrará este viernes Hijas Adoptivas de la localidad. Se trata de las cinco últimas religiosas de La Caridad, institución indispensable en la vida beniganense desde hace más de cien años. El mal endémico de las comunidades religiosas -la falta de vocaciones- ha obligado a las cinco monjas a finiquitar su presencia en Benigànim, donde gestionaban la escoleta infantil La Milagrosa. El centro cuenta actualmente con cerca de 135 alumnos y seguirá funcionando como escuela concertada. De hecho, el ayuntamiento acaba de destinar una partida de 240.000 euros para su ampliación, ya que las dependencias que ocupaban las monjas pasarán a ser aulas.

Las últimas monjas de La Milagrosa son Sor Milagros, Sor Martina, Sor Mercedes, Sor Matilde y Sor Isabel. De ellas sólo dos se dedicaban todavía a tareas educativas. El colegio contaba ya con el concurso de ocho profesionales externos a la orden, según explicó ayer a Levante-EMV el alcalde, Juan Puchades. El centro es gratuito para los alumnos del segundo ciclo. Para los de primero tiene un coste de 90 euros mensuales. Aunque la labor educativa destinada a niños de 0 a 3 años ha sido fundamental en los últimos tres lustros, la presencia de las monjas en Benigànim ha estado asociada "siempre a la caridad", explica el alcalde. De hecho, añade, "preparan bolsas de comida par los más necesitados e incluso ahora, con la crisis, estaban ayudando a familias de Benigànim con problemas, ya que antes generalmente sólo había que ayudar a los inmigrantes". De todos modos, la labor educativa no era secundaria. Puchades cita al respecto que la conselleria ha puesto la escoleta "como modelo de pulcritud, de limpieza y de gestión", asegura. La orden poseía en Benigànim iglesia y convento. La primera, la conocida como iglesia del Crist, se la anotó el arzobispado hace unos años. Convertida en parroquia, alberga culto a diario. El convento fue derivando en un lugar para vivir y dar clase. El ayuntamiento se ha quedado con el inmueble a condición de continuar con la labor educativa. Es por ello que las monjas "vinieron aquí sin nada y se van también sin nada", resaltó Puchades.