Decir que se trata de una colección de cerca de 300 piezas antiguas es quedarse corto. Porque la exposición permanente que acaba de inaugurar el Ayuntamiento de Massanassa es una auténtica recopilación de buena parte de la riqueza etnológica local. En realidad, se trata de una muestra de objetos centenarios de la vida doméstica y de utensilios utilizados en el campo y en otros oficios, como el de carpintero, obrero o herrero, que han ido aportando los propios vecinos.

No obstante, la colección lleva el nombre de Juan Comes, porque fue él quien la inició casi sin quererlo. Lo que empezaron como reuniones de amigos para cenar "fessolàs" y donde cada uno aportaba un utensilio para colaborar con las numerosas invitaciones, acabó convirtiéndose en una tradición de la que fue testigo la pared de la casa, de donde cada vez colgaban más objetos. Porque las piezas llegaban para quedarse.

Tanto se extendió este gesto, que llegó a oídos del resto de vecinos, quienes rebuscaron y desempolvaron los objetos más antiguos que conservaban, suyos y de sus antepasados, para que lucieran en la pared del corral de Juan.

La iniciativa caló de tal modo, que se puso a disposición de los vecinos, un libro de firmas, donde podían plasmar sus opiniones acerca de la particular colección.

Una de esas vecinas, Mariví Ferrandis, escribió que era "un verdadero placer poder disfrutar del maravilloso espectáculo que ofrece el museo que tan dignamente está aquí depositado; tan cargado de años y de historia de nuestro querido pueblo valenciano".

En el antiquísimo libro también destaca lo que anotó Josep Tello: "Aquí estamos ante una buena idea y permanentemente y especialmente buena porque está llena del amor del pueblo. Y no se equivocó, pues la colección fue creciendo tanto que ahora sobrepasa las 200 piezas. Hornos para cocer pan, regaderas, moldes para cocinar, azadas, yugos para animales, herramientas para tratar el esparto, cestas de mimbre... Por variedad, que no quede.

"Recuerdo que teníamos que limpiar la planta, así que decidimos hacer fotos de la pared para después poder colocar cada objeto en su sitio", recuerda la sobrina de Juan, Susi Comes, quien tiene un papel determinante en la muestra. Desde que su tío murió, hace unos quince años, Susi, junto con su marido José Luis Raga, ha sido la guardiana de todos los objetos, "que han estado intactos durante el tiempo que los he estado custodiando". Hasta hace un par de años, cuando el ayuntamiento expropió la casa para la construcción de la plaza "La Baixaeta".

"Yo sabía que mi tío y su grupo de amigos, que por cierto ya han fallecido todos, querían que la colección fuera para el pueblo", explica Susi, quien finalmente decidió ceder las piezas al consistorio en aquel entonces. Los objetos han vuelto a ver la luz ahora. El concejal de Cultura, Vicent Raga Talamante, conocer de la verdadera historia de las piezas, ha dedicado tres meses enteros a limpiarlas y clasificarlas. "Se intenta mostrar a las nuevas generaciones un modelo de vida que refleja el nacimiento de los días, dentro de la historia de Massanassa, es decir, la vida agrícola, especialmente el cultivo del arroz, que hasta ahora constituía su señal de identidad", indica el edil.

La muestra se puede visitar en horario de oficina en el patio interior del antiguo ayuntamiento, donde Massanassa expone un trocito de la vida de sus vecinos.