Xàbia se agarra a un anticipio de 5,3 millones del Tesoro Público para salir del agujero negro del postcatastrazo. El gobierno local (PSPV, Xàbia Democrática y CpJ) sacó adelante ayer en el pleno la petición al Estado de que adelante parte de los ingresos previstos de IBI. El pasado mes de abril el Tribunal Supremo tumbó el catastrazo (la ponencia de valores de 2005) y la Dirección General del Catastro todavía no ha enviado el nuevo padrón. El ayuntamiento no puede emitir recibos de IBI y empieza a fallar la liquidez. Por eso se pide un anticipo que el alcalde, José Chulvi, del PSPV, admite que responde "a una situación especial". Y tanto. La previsión de ingresos se ha venido abajo estrepitosamente. Con el catastrazo se preveía recaudar 21 millones de euros. Al anularse la ponencia, los ingresos se desplomaron. Había que conformarse con 13 millones. Y ahora, sin padrón (el Catastro asegura que lo enviará antes de acabar este mes), el gobierno local debe apañárselas con 5,3 millones.

El anticipo al Estado revela las urgencias económicas del ayuntamiento, pero, dado que no tiene intereses, es una tabla de salvación a la que, según el alcalde, también se aferran otros pueblos. Chulvi dijo que el pasado año 136 municipios solicitaron anticipos a SUMA (la agencia de gestión tributaria de la Diputación de Alicante) y este año ya lo han hecho 135. Xàbia no tiene transferida la recaudación a SUMA y recurre al Tesoro Público. En el pleno, también se aprobó el plan de reintegro de los 5,3 millones. Cuando Xàbia, por fin, tenga el padrón del IBI y pueda cobrar un impuesto que ahora mismo sostiene la hacienda local, se cancelará el anticipo y se devolverá en tres plazos.

La oposición votó a favor de pedir el anticipo. No se escuchó una voz discrepante. Pero sí hubo un voto que rompía el consenso. La edil del PP Rosa Cardona se abstuvo y quebró la disciplina de un grupo municipal popular que, como oposición, es un florero. Cardona, que es afín al exportavoz José Juan Castelló, expulsado del grupo del PP por los otros tres ediles, marcó distancias con sus compañeros. El PP de Xàbia, por mucho que se quiera vender otra imagen, continúa siendo una familia mal avenida.