De la ilusión a la frustración en un año

Los cuerpos que quedan están bajo un bloque de nichos, lo que complica y encarece la operación

Los arqueólogos trabajan en la fosa del cementerio de Gandia, el año pasado

Los arqueólogos trabajan en la fosa del cementerio de Gandia, el año pasado / Àlex Oltra

Tras varias prospecciones fallidas, ayer hacía un año el equipo de arqueólogos que trabajaba en el cementerio de Gandia halló los restos humanos que buscaban y confirmaron que estaban ante la fosa común en la que se enterró a los 62 hombres fusilados entre 1939 y 1940, inmediatamente después de la guerra civil, por las autoridades militares del régimen de Franco.

Aquel hallazgo llenó de satisfacción a la Associació de Familiars de Víctimes del Franquisme de Gandia, que consiguió abrir el camino para sacar los cuerpos y enterrarlos dignamente. Doce meses después, sin embargo, el proceso ha quedado paralizado, fundamentalmente porque la fosa se topó con un bloque de nichos construido en los años 70, lo que llevó al ayuntamiento a cubrirla nuevamente, para disgusto de los familiares, sin que en este momento se sepa qué va a ocurrir con el resto de hombres que fueron enterrados allí.

Del total de 62 fusilados se encontraron 27 cuerpos y se exhumaron 23, nueve los cuales fueron llevados al Instituto de Medicina Legal de València para determinar las causas de la muerte. En la fosa, por lo tanto, deben quedar aproximadamente 30 cuerpos. «No se debió echar tierra sobre los cadáveres que quedaban a la vista e ignorar que bajo los nichos siguen esperando los republicanos que lucharon por la democracia de la que estamos disfrutando nosotros», señala la asociación.

Esta declaración revela que en el año transcurrido se ha pasado de la ilusión la frustración, y por eso la presidenta, Núria Martín, acaba de solicitar al ayuntamiento que no les olviden.

Cumplimiento de la ley

Ante la falta de avances en la exhumación, Martín solicita al consistorio, acogiéndose a la Ley de Memoria Histórica, que proceda a reiniciar los trámites «para recuperar a la totalidad de las víctimas» enterradas, incluyendo, si es necesario, la demolición de una parte del bloque de nichos situado sobre la fosa. Obviamente, ese proceso requeriría el traslado temporal o definitivo de las personas enterradas, lo que dificulta y encarece la operación.

Además de recordar el cumplimiento de la ley, los familiares reclaman al ayuntamiento que estas labores se acometan «con urgencia», dada la avanzada edad de algunas de las personas que esperan poder enterrar a sus seres queridos. Del total de 62 fusilados de Gandia quedan tres familiares que son hijos de las víctimas, entre ellos José Albero, quien de niño llegó a visitar con su madre las zanjas abiertas en el cementerio donde se fusilaba y enterraba.

El ayuntamiento, concluye la petición de los familiares, no puede quedarse parado después de haber hallado la fosa hace un año y le reclama que «lidere una acción de dignificación colectiva» para no tolerar «enterramientos indignos para ninguna persona». «El tiempo corre en nuestra contra. Solo quedan tres hijos de las víctimas y si hablamos de justicia y reparación estos hijos deberían recuperar a sus padres y darles una sepultura digna», concluye la entidad que preside Martín.

El ayuntamiento ha solicitado ayuda a la Diputación para llevar a cabo la identificación de los cuerpos que fueron exhumados a través del ADN de sus familiares.

Los familiares, en el lugar donde se encuentra la fosa de los republicanos asesinados.

Los familiares, en el lugar donde se encuentra la fosa de los republicanos asesinados. / Levante-EMV

Recuerdo en el primer aniversario

La Associació de Familiars de Víctimes del Franquisme de Gandia recordó el pasado sábado el primer aniversario del hallazgo de la fosa en la que se enterró a los 62 hombres fusilados tras la guerra civil por el régimen de Franco. En ese lugar del cementerio de Gandia se leyó una poesía en homenaje a las víctimas y se colocó un cartel con los nombres de todas las víctimas. La asociación ha pedido al ayuntamiento que impulse el proceso para seguir excavando hasta extraer y entregar a sus familias todos los cuerpos de los republicanos asesinados.