El agua de Llaurí no es apta para el consumo humano. Ni para beber, ni para cocinar, ni para preparar biberones, aunque sí para el resto de rutinas domésticas. La Conselleria de Sanidad ha detectado que el pozo que abastece al municipio está contaminado por herbicidas que no se han disuelto en el agua y así lo ha comunicado al consistorio, que a su vez ha informado en un bando a los 1.306 vecinos que se abstengan de consumir agua del grifo. El de Llaurí es el segundo pozo clausurado en tres meses en la comarca como consecuencia de la aparición de elementos de uso agrícola, después de que el pasado 30 de junio se prohibiera la utilización en las mismas condiciones del pozo principal del que se abastecía Carcaixent.

El alcalde de Llaurí, Juan Carlos Ribes, anunció que esta misma semana mantendrá una reunión con los técnicos de la Conselleria de Sanidad para buscar alternativas, aunque si sirve el precedente de Carcaixent podría verse obligado a instalar lo que se conoce como filtro de carbono activo en el pozo de la Virgen de los Desamparados, del que se abastece Llaurí. "Tenemos tres o cuatro soluciones, pero primero hay que analizar las aguas que tenemos por la zona", dijo ayer el alcalde, quien aseguró que el agua de Llaurí "está afectada por nitratos como la mayoría de municipios de la Ribera y la gente ya sabe que no puede utilizarla para cocinar, por lo que si ahora sale ha salido un componente nuevo porque se analiza más, pues tampoco aquí en Llaurí supone una gran sorpresa. Aquí la gente tiene huertos, pulveriza, eso acaba en los acuíferos y si no llueve pues no se disuelve. Y ahora con los técnicos pues buscaremos las soluciones", añadió Juan Carlos Ribes.

La Conselleria de Sanidad confirmó la situación de restricción del consumo y señalaron que los problemas en el pozo de la Virgen de los Desamparados se han detectado a raíz de las inspecciones que realiza el departamento dentro del programa de vigilancia sanitaria de la calidad del agua. Según señalaron se han detectado "parámetros puntuales de plaguicidas" en la red de abastecimiento de Llaurí por encima de los niveles exigidos en el Real Decreto que lo regula.

El alcalde culpó ayer "a los políticos" de la situación. "Es una risa. Esto no pasaría si tuviéramos el agua de la potabilizadora de la Garrofera".