Los nuevos accesos a la zona donde se abrirá la tienda de Ikea llegarán a toda el área comercial de Alfafar, según acordaron el jueves los propietarios de los establecimientos ya existentes, el ayuntamiento y los dueños del suelo de Alfafar Parc, el PAI en el que se ha instalado la multinacional sueca.

La decisión se tomó durante una reunión celebrada en la mañana del jueves. En ella se acordó extender la ejecución de los nuevos accesos a toda la superficie comercial, «desde Sedaví a Massanasa», detalló el alcalde, el popular Juan Ramón Adsuara. «Dejaremos así toda la zona acabada y arreglada de una vez, atendiendo a la reivindicación de los comercios situados fuera de Alfafar Parc desde hace años», agregó.

En concreto, la idea es redireccionar el tráfico en algunas calles que no estaban contempladas en el proyecto original, desplazar una rotonda que en la actualidad es uno de los principales puntos de acceso desde Valencia (la que recae en un lateral del hipermercado y muy cerca de Mn4) y determinar qué cruces son susceptibles de semaforizar. Los que finalmente se regulen de esta forma, irán combinados de manera inteligente con el estacionamiento que se construye frente a Ikea, de modo tal que una masiva salida de vehículos procedentes del aparcamiento no colapse las vías que dan servicio a la zona comercial. Las obras previstas se han cuantificado en «entre 400.000 y 500.000 euros», aunque la cifra aún no está cerrada (el proyecto global supone varios millones de euros). Lo que trata de desentrañarse ahora es qué porcentaje debe sufragar cada una de las partes implicadas: Alfafar Parc, ayuntamiento y resto de comercios de la macrosuperficie comercial. De momento no hay nada decidido y las negociaciones permanecen abiertas hasta poder llegar a un acuerdo.

Los nuevos accesos estarán finalizados en mayo (la intención de Ikea es abrir en verano y no puede hacerlo sin que estén acabados). De no cumplir plazos y retrasarse en la entrega de las obras, las empresas constructoras serían penalizadas.