Precaución si tus hijos consume este snack de moda

Las chucherías picantes están de moda. Y no se trata del tradicional pica-pica, sino de gominolas con aspecto de chile y sabor picante, o de los exitosos snacks de maíz que en los últimos tiempos hacen las delicias de los más pequeños.

La otra cara de la moneda de este consumo tan en boga es la preocupación de los padres sobre si esas chucherías son buenas o no para sus hijos. De hecho, aunque no hay consenso entre los pediatras sobre cuál es la edad más indicada para que los niños prueben el picante, lo cierto es que prácticamente ninguno lo recomienda antes del año.

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Cómo se hacen estas chuches

La revista Consumer ha buceado a fondo en esta cuestión y ha revelado que en las chucherías picantes se utiliza una sustancia conocida como 'la reina del picante'. Esta sustancia es la capsaicina, que se usa en estas chuches en forma de extractos y aromas y que en el mundo natural está presente en alimentos como las guindillas, los pimientos de Padrón o las ñoras, entre otros.

Sobre la edad apropiada para el consumo de estas golosinas picantes, el artículo especifica que se trata de un producto habitual en otras latitudes donde el picante es de consumo diario, como en México, donde las chucherías de este tipo son muy conocidas y su consumo se ha extendido durante generaciones.

Aún así, hay que hacer notar que el picante suele irritar el tracto gastrointestinal y que, por lo tanto, su consumo continuado podría conllevar la aparición de dolor abdominal o incluso hemorroides o reflujo esofágico. Así las cosas, no parece tan inicuo, sobre todo si el organismo no está acostumbrado a una ingesta habitual.

Según un estudio publicado en septiembre de 2022 por Molecular Nutrition & Food Research, una revista científica especializada en temas de salud y nutrición, el consumo de comida picante y productos como el chile podría mejorar la salud cardiovascular y reducir la mortalidad pero también podría estar relacionada con diferentes tipos de cáncer como el de esófago o el de estómago.

El artículo, escrito por Zhimin Ao, Zongyue Huang y Hong Liu y en el que se analizan con detalle las consecuencias para el organismo del consumo de alimentos picantes, subraya la especial importancia que tiene el contexto a la hora de analizar el consumo de alimentos picantes. Es decir, no es lo mismo introducirlos en comidas nutritivas (como una sopa o un estofado) y espaciarlos en el tiempo que tomarlos en forma de snack y de manera regular.

También es necesario tener en cuenta otros aspectos como la intensidad del picante y, por supuesto, las personas que lo ingieren, ya que los estudios habitualmente se centran en la población adulta y en los referidos snacks hablamos sobre todo de niños. Y esta es, de hecho, una de las cuestiones que más preocupan, porque ¿hasta qué punto es adecuado que los más pequeños consuman tanto picante?

A qué se exponen quienes las consumen

Las cuestiones que hay que tener en cuenta en este aspecto es, sobre todo, el alimento con el que se consume el picante, puesto que, como hemos dicho más arriba, no es lo mismo tomarlo en un alimento nutritivo que en un producto vacío como los snacks. De hecho, estos, sean o no picantes, deberían de tomarse sólo de manera puntual.

Entre las razones que se argumentan para recomendar un consumo espaciado de snacks están los motivos nutricionales, ya que si un niño come con regularidad este tipo de tentempié lo normal es que desplace otros alimentos mucho más saludables debido, entre otras cosas, a que ya no tiene hambre.

En este sentido, el picante de esas chuches tan de moda también juega un papel importante porque si el paladar se habitúa a los sabores fuertes, es probable que después rechace, o al menos no les resulten tan atractivos, otros sabores más suaves como el de la fruta, por ejemplo, lo que a la larga tendrá consecuencias nutricionales.

A esto se suman los retos que circulan por las redes, en las que algunos jóvenes consumen la mayor cantidad posible de picante a modo de logro. Hechos como éste, tal y como destaca la revista Consumer, son "atentados para la salud" porque el alimento deja de ser visto como tal para pasar a ser una especie de "trofeo". Además, "favorece la habituación a niveles de picante muy altos, que pueden alejarnos de una dieta saludable y, en un consumo agudo, provocar efectos adversos, como vómitos o dificultad para respirar".

De esta forma, a modo de conclusión, podría asegurar que los snacks, sean picantes o no, nunca son el alimento más adecuado para los niños, sobre todo si se da un consumo habitual de los mismos. Productos de este tipo, los alejan de una dieta saludable y de alimentos mucho más beneficiosos para su organismo, además de poder llevarlos, en el caso de las chucherías picantes, a desarrollar una tolerancia excesiva a determinadas sensaciones.