Junto a la sobreocupación de plazas, que por momentos ha superado el triple de la capacidad fijada para el centro de recepción, otro de los aspectos que más preocupa a la Fiscalía de Menores, tras la inspección sorpresa realizada en las instalaciones de Buñol, es la ausencia total de control en las visitas que reciben los adolescentes y los permisos de salida.

De hecho, según se detalla en el informe, las fiscales detectaron que algunos menores habían salido del centro con personas cuya relación familiar no estaba acreditada u otros que los habían recogido simplemente presentado un certificado de empadronamiento.

Esto supone un riesgo para los adolescentes que allí se encuentran acogidos, la mayoría de ellos en situación de especial vulnerabilidad, que podrían ser víctimas de redes delictivas que los utilicen para delinquir o de proxenetas que los exploten sexualmente, como ya ocurrió en el centro de Monteolivete.

Respecto al límite de 30 plazas recomendado y que la semana pasada se disparó a más de 80 menores internos, teniendo que dormir muchos de ellos en colchones tirados en el suelo, como informó en exclusiva Levante-EMV, la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, puntualizó que el centro de la Foia de Buñol tiene capacidad para 55, aunque «en momentos concretos puede ser que se llegue a 70 menores y el centro se desborda, pero después se van desviando a otros centros».

Pese a la situación caótica de dicho centro, que según la inspección de la Fiscalía de Menores presenta un «clamoroso incumplimiento» de la legislación vigente en materia de centros de protección y de las recomendaciones efectuadas por el Síndic de Greuges, Oltra destacó que en la Comunitat Valenciana no se ha visto todavía a menores durmiendo en calabozos, polideportivos o en un centro de internamiento de extranjeros, «como sí ha ocurrido en otros territorios».

El problema humano de fondo, como ya ha explicado este periódico en varias ocasiones, es el incremento desorbitado de la llegada de menores extranjeros no acompañados (Menas). Así en el último año se ha triplicado el número de casos en la Comunitat Valenciana, con 850 niños, frente a los 224 del año pasado. «Puede ser que, por falta de somier, hayan dormido con el colchón en el suelo pero han estado acompañados de educadores y personal profesional», apuntó la consellera.

Falta de personal

Curiosamente el día que se produjo la inspección sorpresa de la Fiscalía, muchos menores estaban fuera del centro, el director no se encontraba en el lugar, la subdirectora estaba de baja, la psicóloga no había llegado y el trabajador social tampoco. Eran las 9.35 horas y la vigilancia y actividad del centro brillaba por su ausencia.

Por su parte, la portavoz del PP María José Catalá anunció ayer que han pedido la comparecencia de la vicepresidenta en las Corts para que responda sobre «el colapso y el incumplimiento de la legalidad» detectado por la Fiscalía. «Oltra no puede excusarse, esconder ni mentir más sobre la situación del centro de menores de Buñol».