Durante los largos meses de confinamiento, solo un tipo de vehículo se desplazaba por las carreteras del país. Los camiones circulaban sin detener su ritmo habitual a fin de mantener la distribución de alimentos, el suministro de medicamentos y el transporte de cualquier producto necesario que no se podía adquirir físicamente en los locales, entonces cerrados. El sector logístico no solo no se detuvo, sino que demostró que en el siglo XXI es imprescindible. Por eso, en una nueva cita de los Foros de Economía Comarcal que promueve Levante-EMV se ha querido poner en valor el importante peso que tiene el Eje Logístico de la A-3: es el cuarto punto cardinal del mapa estratégico valenciano: al este, el Puerto de València; al sur, Almussafes, al norte Sagunt y el oeste, el eje logístico conformado en la intersección de la autovía de Madrid con la autopista del Mediterráneo AP-7.

Para terminar de consolidar este último espacio, las reivindicaciones son claras: la mejora de las infraestructuras, con nuevos accesos, la implementación de un eje ferroviario acorde al peso industrial del área, la necesaria agilidad de la Administración, la sostenibilidad y la formación de personal son indispensables.

Así lo manifestaron los actores esenciales de este área reunidos por Levante-EMV en la sede de la empresa ArkosLight, en el Polígono Indutrial El Oliveral de Riba-roja de Túria, donde estuvieron representados los políticos, las asociaciones empresariales y los sindicatos. Así, participaron el alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga; el de Cheste, José Morell; el de Loriguilla, Sergio Alfaro; la gerente de la Asociación Empresarial de Polígonos de Riba-Roja A3 (Riba3), Romina Moya; el gerente de la Asociación de Empresarios de La Reva (Asocreva), Carlos Peinado; y la secretaria general de UGT-PV en las comarcas de L´Horta Nord, Camp Túria i Camp Morvedre, Pilar Tarragón.

La jornada, moderada por el periodista de Levante-EMV Julio Monreal, analizó el presente y dio pinceladas sobre cómo debe ser el futuro de la logística en el eje de la A-3 y la A-P7. Para planificar lo que está por venir, Riba-roja de Túria, Loriguilla y Cheste se han unido en la Asociación de Municipios del Eje de la A-3 para ir todos a una en sus reivindicaciones al Estado, a la Generalitat, a la diputación y a diferentes administraciones. Los tres munícipes están de acuerdo en solicitar una mejora de los accesos a los polígonos industriales del eje, porque «la zona industrial ha crecido mucho, pero la carretera es prácticamente la misma», apuntó el empresario Carlos Peinado, quien advirtió que «podemos morir de éxito» si las infraestructuras colapsan, ya que el área dejará de ser interesante para que las empresas se instalen. «Es muy importante que estos municipios habiliten zonas nuevas para que puedan aterrizar nuevas empresas, porque no se van a esperar, se van a ir a otro sitio».

Para ello, es fundamental la planificación, como apuntó Raga, quien reconoció que en el presente hay «graves dificultades», pero hay que determinar ya qué se quiere hacer en el futuro. Para ello, se encargó a la Universitat Politécnica de València un plan estratégico 2017-2025 para saber hacia dónde ir, para que estudiara problemas y soluciones de las empresas en estas zonas y hacia dónde desarrollarse. Uno de los primeros pasos fue la asociación municipal para gestionar los 14 millones de metros cuadrados de suelo industrial. Ocho de ellos están ya desarrollados, seis en proceso. Hay casi 2.000 empresas instaladas y alrededor de 15.000 trabajadores.

Gracias a esa planificación a tres bandas fue posible acoger la base de operaciones de Lidl en el Mediterráneo. Como explicó Raga, la empresa contactó primero con Riba-roja, pero al carecer de espacio suficiente, les derivó a Cheste, donde finalmente se instalaron en el Parque Empresarial Circuito de Cheste. «Los tres pueblos tenemos objetivos comunes, conseguir mejores infraestructuras para que nuestras empresas sean más competitivas», apuntó Alfaro.

La ampliación del puerto, clave

Para lograr esa competitividad, la cadena de engranaje debe funcionar. Por eso, el primer edil de Cheste fue rotundo: «Los debates en torno a la ampliación del puerto son cortos de miras. Entiendo la preocupación ambiental, pero el abrigo está hecho desde hace años. Creo que no podemos perder la oportunidad de dar el salto con el Puerto de València», dijo.

En este área industrial, en plena hora punta circulan alrededor de 3.500 camiones que entran o salen hacia Madrid, Barcelona o Alicante. De hecho, a fin de aliviar la A-3 en el nudo con la A-7, la asociación de municipios ha exigido en varias ocasiones una radial desde Chiva hasta la autopista del Mediterráneo para descongestionar la carretera de Madrid en el último tramo hasta València. «Lo exigen los empresarios, y eso es competencia de la Generalitat y del Estado. Lo trataremos en una próxima reunión con el president Ximo Puig y el conseller Arcadi España», aseguró Robert Raga.

Junto con la radial, los alcaldes de Riba-roja de Túria y de Loriguilla exigieron una nueva salida a la A-3 desde la CV-374, que recorre ambos términos municipales con salidas a los distintos polígonos industriales del área.

Fue Romina Moya quien aportó la parte humana al debate. Las infraestructuras para los vehículos coparon buena parte del debate, pero resulta igual de necesario hablar de las necesidades de las personas en estos polígonos: además de asfalto, «hay que cuidar el entorno». «A la gente con talento y formación no le da igual trabajar en un sitio o en otro, hay que tener un entorno friendly [amable], con buenas conexiones de transporte público y buenos servicios», apuntó Moya. De hecho, desde enero existen autobuses lanzadera desde València a este área industrial, pero no antes. «El modelo de movilidad está cambiando, los jóvenes ya no se sacan el carnet. No se explica que haya una parada de tren en La Reva, pero no en El Oliveral, pese a que circula a dos metros», denunció la gerente de Riba3.

Una alternativa al vehículo

La línea de cercanías C3 discurre por todo el largo de los diversos polígonos industriales de los tres términos municipales. Sin embargo, la ínfima frecuencia horaria, la ausencia de estaciones estratégicas y la lentitud del convoy lo hace un servicio poco eficiente. «Además de electrificar la línea, el estudio de la UPV planteó una estación intermodal para cargar la mercancía, con una posible ubicación en Cheste. Sería una forma efectiva de conectarnos con el corredor mediterráneo sin tener que ir a la Fuente de San Luís», recordó Peinado.

Mientras, Raga apuntó que el transporte de mercancías debería producirse en su mayoría a través del tren, la opción más limpia respecto al medio ambiente. «Hay que subir el camión al tren, y dejar el camión para los últimos kilómetros», apostó el alcalde.

Pilar Tarragón incidió en que además de implementar un trazado ferroviario adecuado para las mercancías, también debe serlo para las personas y eso no termina en aumentar la frecuencia. «¿Qué pasa cuando una persona llega a una estación de tren en un polígono? Habrá que poner un servicio de bicicletas, por ejemplo», añadió.

En este sentido, Raga recordó que se ha hecho mucho desde 2015 por estas zonas industriales que antes estaban «degradadas». De hecho, antes de que finalice la legislatura se habrán invertido cerca de 10 millones en los polígonos, entre las ayudas procedentes del Ivace y los fondos propios del consistorio de Riba-roja. Estas inversiones van a la adecuación, pero también a la instalación de otros servicios demandados como la fibra óptica que no llega a todos los lugares y empresas del área.

Es el caso del polígono Castilla, en Cheste, todavía hay empresas que se conectan a través del satélite. El alcalde José Morell recordó que se van a invertir 180.000 euros para la instalación de fibra óptica, pero quedarán otros servicios, como las guarderías , «que hagan a este eje una zona más avanzada que el resto de áreas industriales», añadió Romina Moya.

La empresa ArkosLight, puntera en iluminación, fue el escenario del foro. José Luís Latrás, el fundador, explicó que comenzaron en Mislata en un local de 50 metros en los 80 y hoy representan la vanguardia del sector industrial.

Un momento del foro de Economía Comarcal. Fernando Bustamante

El crecimiento empresarial e industrial choca contra la «pared burocrática»

A tenor de lo expuesto durante el Foro de Economía Comarcal Eje A-3, la Administración pública y las empresas son enemigos íntimos. Se necesitan pero no se entienden: los tiempos de cada una son diametralmente opuestos y mientras las entidades privadas funcionan a un ritmo vertiginoso, en perpetuo cambio, la Administración vela por la rectitud en cada paso que se da, y eso genera un retraso.El empresario y gerente de Asocreva,Carlos Peinado, asegura que esa es la debilidad del sector empresarial: la «pared burocrática» contra la que chocan.«El tiempo que se tarda en proyectar un polígono, desde que el ayuntamiento decide hacerlo hasta que se asientan las empresas, es de años», lamenta. Cree que este es el resultado de un urbanismo perverso en las últimas décadas «y al querer hacer un urbanismo diferente, más garantista, nos hemos pasado de frenada», sentencia Peinado.

En este sentido, el alcalde de Cheste, José Morell, puso un ejemplo clarificador: para autorizar un aperitivo en un acto público, los procesos municipales exigen la redacción de cinco documentos. «Imaginad cuánto cuesta licitar el contrato del mantenimiento del agua o del alcantarillado», ironizó.

En este sentido, la secretaria general de UGT en las comarcas de L´Horta Nord, Camp Túria i Camp Morvedre, Pilar Tarragón, puso el contrapunto: en ocasiones, hay que ayudar a las administraciones a tener una relación más ágil con las empresas. «En elCamp de Túria no existía una asociación de empresas. ¿Acaso los ayuntamientos tienen que hablar con ellas de una en una?» se preguntó. Aquí, la gerente de Riba3,Romina Moya, apostó por crear Entidades de Gestión y Modernización, una forma «de crear una colaboración público-privada eficiente», y por aplicar la Ley de Gestión de Áreas Industriales.

Sobre las posibles asociaciones y uniones de empresas y organismos, la representante sindical puso de relieve la unión de los tres municipios. «Es impresionante lo que se está haciendo», aseguró, aunque no está resultando fácil, tal como lamentaron los tres munícipes, la cogestión que ejercen desde la asociación en pro de la competitividad del área. «Nos hace falta una norma que nos ayude a la cogestión, el corsé estatal nos impide ser mayores de edad. No tenemos cuerpo ejecutivo para avanzar rápido», lamentó Raga. Un ejemplo: Riba-roja y Loriguilla pertenecen alCamp de Túria, mientras que Cheste de la Hoya de Buñol. Ser de diferentes comarcas presenta ciertos problemas para algunas decisiones que hay que tomar.

En este sentido, Raga advirtió a los organismos autonómicos y estatales que deben tener en cuenta «que si una empresa no se queda aquí, no tiene por qué ir a Sagunt: se puede ir a Castilla-La Mancha y perderla para siempre».

Debate del Foro de Economía Comarcal Eje A-3 en ArkosLight Fernando Bustamante

«¿Por qué formar en jardinería si se necesitan carretilleros?»

Las reivindicaciones de los actores del Eje de la A-3 no se ciñe solo a cuestiones materiales. También se pidió sacar provecho de la elevada tasa de instalación de empresas, donde uno de los beneficios directos que aportan -o deben aportar- es la contratación de personas de los municipios colindantes. Para ello, Pilar Tarragón recordó que los planes de formación a desempleados que llevan a cabo los organismos públicos deben ir en coherencia con la demanda laboral del área. «Si decimos que la logística está en auge, ¿por qué los talleres de empleo de Labora no van en esa dirección?» se preguntó. «Si se piden carretilleros, no enseñemos jardinería si no es lo que se demanda», apuntó. El ejemplo lo puso el alcalde de Loriguilla, ya que recientemente una empresa le solicitó personas para trabajar de carretilleros: «Facilitémoselo», sentenció Alfaro. Tarragón también pidió hacer atractivo el sector de la logística porque en este momento, según los datos que maneja UGT, no lo es. «En cuatro años, el 70 % de los empleados serán millenials, hay que hacérselo atractivo», afirmó.