J. G. G./J. R./A. E., Valencia

El presidente de las Cortes Valencianas, Julio de España, no se pudo reprimir ayer y, a preguntas de los periodistas, reiteró sus dudas sobre la reforma del Estatut en franca contradicción con el discurso del titular de la Generalitat. De España indicó que en la modificación «ha habido una excesiva ambición» al no limitarse a actualizar simplemente el texto a las nuevas competencias, tal como hicieron otras autonomías en la legislatura anterior, y «tratar de equiparnos a algo que no era necesario» y que «a lo mejor era un horizonte que algunos deseaban».

No obstante, añadió que esa ambición «a lo mejor es buena; lo que pasa es que en la mesura, la tranquilidad, el diálogo, la no precipitación y no tener que entrar antes que otros, a lo mejor, hubiéramos encontrado un mayor equilibrio». De nuevo matizó que el equilibrio «que hemos encontrado a lo mejor es el bueno» y confesó que él tampoco está «seguro de muchas cosas, porque esto es muy complicado y sólo el paso del tiempo nos dará la razón a unos o a otros».

Tras apuntar que sus opiniones son «las de un humilde ciudadano que tiene la voluntad de participar políticamente en el progreso de su pueblo», precisó que una cosa «es lo que yo piense y otra cosa es que sea oportuno también expresarlo».«A veces se confunden los pensamientos de un político con las maniobras de un político», se sinceró.

De España, quien aludió a una «obsesión por la historia» en la reforma, una mención implícita a los derechos históricos que se incluyen en el texto y que los catalanes han esgrimido para defender su proyecto, mantuvo: «La historia está para observarla, respetarla, pero para olvidarnos un poco de ella puesto que el futuro no va por el camino del pasado. El pasado tiene una historia que está llena de leyendas y de batallas, pero hoy no tenemos nada que ver con eso».

Por otro lado, Mariano Rajoy ha citado hoy a un almuerzo a Camps y al resto de presidentes autonómicos del PP para analizar las reformas estatutarias. Los populares manejan datos de que el PSOE está perdiendo respaldo por la reforma catalana y quieren poner como modelo el texto valenciano.