F. A., Valencia

Ofrecerle al portavoz del PSPV de Valencia, Rafael Rubio, el liderazgo de los socialistas en la Diputación -bien la presidencia o la portavocía del grupo si no se gobierna- es tener muy mala intención. A esa conclusión han llegado, sin necesidad de hacer un sesudo análisis, los dirigentes y estrechos colaboradores de Rubio consultados por este diario. Con esta «oferta envenenada», como la ha catalogado alguien del entorno del portavoz, Joan Ignasi Pla pretende romper la alianza entre Rubio y Ábalos, que timonean la minoría mayoritaria en la ciudad, cuyo pacto con lermistas e IS conforma la base que sustenta al secretario general y portavoz en Valencia.

Proponer a Rubio que se olvide de cualquier pretensión de repetir como cartel electoral a cambio de una recompensa en la Diputación de Valencia es algo así como mentar la soga en casa del ahorcado, puesto que José Luis Ábalos, actualmente diputado provincial, aspiró precisamente a la portavocía porque Pla se lo había prometido. Fuentes del PSPV en la ciudad señalan que las miras de José Luis Ábalos siguen puestas en ocupar un papel de relevancia en el Palau de Batlia.

Miembros de la dirección del PSPV de Valencia señalaron ayer que las encuestas publicadas este fin de semana en diversos medios de comunicación vienen a demostrar que el «problema del partido no es sólo Valencia» y que no parece que Joan Ignasi Pla aporte un plus de votos a la marca del puño y la rosa. En todo caso, un portavoz de la dirección aseguró que lo importante no es embarrancarse en luchas internas sino «dedicarse a trabajar seriamente en la oposición para ganar y que los ciudadanos perciban que un gobierno como el de Zapatero conviene a los intereses ciudadanos en España, en la Comunidad y en la ciudad de Valencia».

Por otro lado, Rafael Rubio asistió el domingo al homenaje que las fallas del Distrito Marítimo de Valencia tributaron a la Senyera.