P. G. del Burgo, Valencia

Once meses de necesidad. Así es como describe Rosario Moral el tiempo que ha transcurrido desde que el 24 de mayo del año pasado presentó en Xàtiva la solicitud de una ayuda familiar para atender a su madre, de 77 años, que sufre una parálisis total a raiz de la trombosis cerebral y el infarto que la dejaron atada a la cama.

La primera valoración tuvo lugar en julio de 2007. En octubre recibieron la visita de la trabajadora social del Ayuntamiento que tras contrastar los datos le dijo: "Antes de Navidad tendrás la ayuda".

Ya se ha comido las uvas, han pasado las rebajas, los carnavales, las fallas, ha llegado la primavera y a casa de Rosario no ha llegado noticia alguna.

Como la persistencia es el único aliado de los solicitantes de las prestaciones sociales, la hija llamó al 900.100.880 para informarse: "El expediente ya está finalizado", le dijeron. Ella siguió esperando.

El 9 de enero presentó una reclamación al honorable conseller Juan Cotino solicitando información sobre el expediente de su madre: "Y todavía estoy esperando que me conteste".

Hace unos días y con angustia ya más que asentada en su casa y en su propia vida, Rosario llamó al teléfono de Avapsa (la agencia que realiza y tramita la valoraciones) 96.339.3129 para preguntar a quien se tenía que dirigir para pedir explicaciones sobre la situación en la que se encontraba de su expediente. "Han llegado muchas cajas de expedientes, vamos a revisarlas y a puntearlas porque llevan mucha faena".

A Rosario le gustaría que el conseller de Bienestar Social, "se metiera en mi piel y pasara lo que yo paso en casa".