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El verano que termina ha sido el segundo más cálido sufrido por los valencianos al menos en los últimos 40 años, periodo en el que se dispone de registros fiables, con una anomalía de +1,8 grados centígrados sobre lo considerado "normal" para la época 1971-2000. El balance final del verano no esconde que el periodo estival fue especialmente duro en junio y julio, con anomalías medidas de +2,7 grados en junio,y +1,8 en julio mientras que el temido agosto estuvo algo más suave, con + 1,0 de media.

Además de la continuidad de los días cálidos, el estío alcanzó valores especialmente elevados el 23 de julio, cuando se alcanzaron los 44,2º en Orihuela mientras Barxeta y Nules se quedaban en 43.

El intenso calor de ese día, en el que las temperaturas se dispararon empujadas por el viento de poniente, en el litoral de Castelló se alcanzaron registros de récord como los 40,6 grados, que es el más alto desde que en 1911 comenzó la recogida sistemática de datos en el observatorio y fue la primera vez que se superaron los 40 grados.

Por lo que respecta a las precipitaciones, el verano ha sido "seco" en la Comunitat Valenciana, con precipitaciones situadas en la mitad de los considerado normal para el periodo 1971-2000. Las lluvias se concentraron los días 8 y 9 de julio y repitieron los mismos días de agosto.

Las máximas precipitaciones se dieron en el interior de Castelló, donde el verano ha sido muy húmedo, con casi 200 litros acumulados en Castellfort. También puede calificarse de húmedo el verano en algunas localidades de la Safor y La Marina, con acumulados cercanos a los 150 litros por metro cuadrado.

El otoño, que oficialmente comienza hoy, será más cálido de lo normal, especialmente en las regiones mediterráneas, con temperaturas que podrían superar entre 1 y 1,5 grados centígrados los valores medios de esta época del año, según la agencia estatal.