"José Garés Crespo, que ha usado los nombres de guerra de 'Pablo' y 'Cárcer', máximo dirigente del Partido Comunista Marxista Leninista, PCE(m-l) en la región". Así encabezaba el periódico Levante el domingo 21 de septiembre la relación de 39 miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) detenidos en Valencia tras los tiroteos de principios de ese agosto contra un guardia civil a la puerta de la cárcel de Mujeres y contra un marino de la VI Flota de EE UU en el barrio chino del Grau.

Antes de ser secretario general del PCE(m-l) del País Valenciano, Garés (Alzira, 1942) fue un obrero de Avidesa que se gastó las 350.000 pesetas que le tocaron en el Gordo de Navidad de 1968 para montar junto a Emilio Tortosa, que luego llegaría a ser director general de Bancaja, la librería Xúquer: la "meca" de la izquierda de la Ribera en la clandestinidad.

Entre aquellos jóvenes que soñaban con hacer la revolución desde los anaqueles de Xúquer estaba el hoy conseller y portavoz del PP en las Corts, Rafael Blasco. A este nombre ha estado ligado Garés, desde antes incluso de entrar en el PCE(m-l), hasta la escisión del mismo e incluso su ingreso en el PSPV, partido del que fue durante diputado en las Corts durante tres legislaturas. Dos meses antes de las elecciones de 1999 abandonó las filas socialistas para pasarse al grupo mixto. Sin embargo, rechaza la etiqueta de tránsfuga. "Nunca voté en contra del PSPV", asegura.

La librería Xúquer

"Lugar de encuentro de los antifranquistas de la Ribera"

"En la mitad de los 60 coincidimos en Alzira algunos jóvenes inquietos cultural y socialmente. Algunos de ellos iniciaron estudios universitarios y otros nos incorporamos al mundo laboral. El contacto siguió y nos llegaron las primeras revueltas de la Universidad. El afán por conocer y la inexistencia de libros progresistas, los suplíamos con viajes a Valencia. Visitábamos la trastienda de tres librerías: Concret-llibres que dirigía Valerià Miralles, Tres i Quatre, con Eliseu Climent y Lauria, con Muñoz. De ahí surgió la idea de montar Xúquer en Alzira. Empezaban a llegar las ondas del Mayo francés. Al final, en 1969, Emilio Tortosa y yo iniciamos la aventura. Xúquer se convirtió en el lugar de encuentro de los antifranquistas de la Ribera, desde los cristianos de base, hasta los militantes del PCE. No sólo Marx, Neruda y Althusser llegaron, también lo hizo la música de los Beatles, Pink Floyd, Yupanqui, Báez, etc".

Lucha antifranquista

"Obreros y estudiantes, Rafa Blasco entre ellos, pusimos en marcha Tribuna Obrera"

"A principio de los 70, las luchas estudiantiles se enfrentan al PCE y nacen, a su izquierda, numerosos grupos que pululan por la librería Xúquer. Aparecen las primeras huelgas en Alzira. Un grupo de estudiantes y obreros, Rafa Blasco entre ellos, iniciamos un grupo, Tribuna Obrera, que posteriormente se une a una escisión de ETA Político Militar y formamos el Movimiento Comunista de España (MCE), del cual sale la mayoría para entrar al PCE(m-l), escindido del PCE".

La formación del Frap

"Fui a París como secretario del PCE(m-l) en el País Valenciano"

"En 1973, siendo ya militante del PCE(m-l), asisto como delegado por Valencia a una conferencia en París donde se constituye el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) y se nombra presidente al socialista Julio Alvarez del Vayo, que fue ministro de la República. Se adhirieron intelectuales como José Bergamín, Lola Gaos, etc. Se trataba de iniciar una política frentista, con la República como marco político bajo la dirección del nuevo PCE(m-l). Mi militancia continúa como secretario general del PCE(m-l) en el País Valenciano".

Atentados en Valencia

"Querían denunciar la represión y el antiimperialismo"

"La agonía del franquismo forzó a las incipientes fuerzas políticas a preparar una transición al franquismo, para lo cual tuvieron la colaboración del PCE, la democracia cristiana y la socialdemocracia europea. Algunas fuerzas revolucionarias forzaron las movilizaciones y el tardofranquismo se desenmascaró con numerosas detenciones de distinta pertenencia política. Comandos autónomos que se reclamaron del FRAP, realizaron algunas acciones violentas en Valencia como disparos a la guardia de la cárcel y a un marino de EE UU, para poner de manifiesto la represión existente y el antiimperialismo".

La detención

"Estuve 13 días en comisaría, sometido a palizas y torturas"

"La reacción del régimen fue la detención en Valencia de centenares de antifranquistas, muchos ni siquiera pasaron a la cárcel, pero para atemorizar y dejar claro que todo estaba atado y bien atado. A unas decenas que nos pudieron demostrar afiliación política nos encarcelaron. Yo estuve 13 días en la comisaría, con las consiguientes palizas y torturas".

El tribunal militar

"La petición de 110 años llegó pocos días después de las cinco condenas a muerte"

"Pasé a la cárcel dependiendo de un tribunal militar y sin que el fiscal hubiese hecho pública la petición de condena para mí. Estuve ocho días incomunicado en una celda sin luz, ni agua, ni cama. A los pocos días de saberse la condena a muerte de los tres militantes del FRAP y dos de ETA militar, yo ya estaba en la galería, vino a verme mi abogado Nacho Guillem. Me dio un abrazo y me dijo: "Hemos tenido suerte. Sólo te piden 110 años de cárcel". Cuando lo comuniqué a los compañeros de la prisión, ironías de la vida, me felicitaron. Yo pensé que, un día, besaría a mis hijas. Mientras, millones de antifascistas se echaron a la calle en toda Europa".

Fusilamientos al alba

"En la celda apenas dormimos, y a muchos, no sólo a los presos políticos, los vi llorar"

"La noche del 26 de septiembre cada cual en su celda, apenas dormimos. Los presos comunes a través de un receptor escondido nos comunicaron los fusilamientos al alba del día 27 y a muchos, no sólo a presos políticos, los vi llorar. Esa jornada, apenas se reunían más de dos en el patio, aparecía un funcionario. Doblaron la guardia. El Papa y decenas de cancillerías solicitaron indulto. La impotencia, la pena, la rabia y la indignación fueron nuestro consuelo. Por la noche escribí el poema 'Cinc trallades a la matinada'".

Dos años en prisión

"Desde más allá de los muros de la cárcel nos llegaban los gritos de amnistía"

"La estancia en la prisión fue suavizándose después de la muerte de Franco. La evolución política, la movilización de millones de personas fuera y dentro de España, nos hacía ver una luz de esperanza. Hasta los funcionarios suavizaron su trato. Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos denunciaron nuestra situación y atendieron a nuestras familias. Los familiares pudieron entrar en varias ocasiones y esperanzados contábamos los días. Desde más allá de los muros nos llegaban los gritos de amnistía de millones de valencianos y resistíamos..."

La Amnistía

"No salí libre hasta mayo de 1977, cuando el tribunal militar sobreseyó mi caso"

"En 1976 hubo una amnistía que liberó de la prisión a la mayoría de los presos políticos, a los que únicamente tenían la acusación de afiliación política. A mí me quedaba el tribunal militar. En mayo de 1977, decretó la libertad por sobreseimiento al no tener el fiscal militar ninguna prueba de mi vinculación con grupos armados".

Las elecciones de 1979

"Encabecé la lista de Izquierda Republicana por Valencia"

"A la salida de la cárcel seguí militando en el PCE(m-l). Había miedo por represalias y me trasladé a Sevilla, después a Madrid. En las elecciones legislativas de 1979 se impuso en la dirección del PCE(m-l) la tesis de presentarnos y establecimos una alianza táctica con Izquierda Republicana (IR), presentándonos bajo sus siglas. Encabecé la candidatura por Valencia. Sacamos 9.620 votos en la Comunitat".

La fractura del PCE(M-L)

"Blasco, yo y otros cuadros de la dirección nos escindimos, pero no cuajó la alternativa política y nos disolvimos"

"El triunfo del reformismo en el campo natural de la izquierda nos hizo ver que el movimiento popular que había alcanzado su auge en 1975 entraba en un reflujo, aislando a los grupos revolucionarios. Como tantas veces en el movimiento internacional, se abrieron las dos alternativas clásicas: Adaptar el programa mínimo e introducirnos en el movimiento tratando de mantener posiciones y esperar el cambio de las condiciones subjetivas o mantenerse en el programa máximo, entendiendo la transición a la democracia burguesa como una etapa transitoria. Este debate apenas se pudo llevar a cabo y la decisión fue escindirse. En la opción primera estuvimos Rafa Blasco y yo, junto a otros cuadros de la dirección. No cuajó la alternativa política y nos disolvimos".

Ingreso en el PSPV

"Rafa logró convencerme para que entrara en el partido"

"La transición había desintegrado a los grupos de la izquierda revolucionaria y muchos de sus dirigentes como Joaquín Leguina (FELIPE), Jordi Solé Tura (Bandera Roja), Pascual Maragall (FOC), etc, se integraron en el PSOE. Otro tanto había hecho Rafa Blasco y logró convencerme. En 1981 me afilié en Alzira y en 1986 fui elegido en el congreso del PSPV de Alicante para la Ejecutiva del País Valenciano".

Diputado en las Corts

"Estuve tres legislaturas votando lo que la dirección del grupo decidía"

"Durante tres legislaturas, 1987, 1991 y 1995, fui diputado en las Corts, acompañando y votando lo que la dirección del Grupo Parlamentario decidía. Pero mi responsabilidad fue siempre el trabajo orgánico desde la Ejecutiva del País, al principio, y como secretario general de la Ribera Alta, después".

El caso Blasco

"Fue un pulso político por el poder dentro del PSPV"

"En 1989, siendo Blasco Conseller de Urbanismo fue destituido por el presidente Joan Lerma. Aunque se trató de implicarlo en corruptelas e irregularidades, la Justicia no encontró nada punible. Lo que sí fue es un pulso político por el poder dentro del PSPV. El peso político que había adquirido Blasco sacudió al partido, pero la falta de alternativa programática de Rafa llevó la batalla al personalismo y la práctica totalidad de la militancia se mantuvo en el PSPV. En la Ribera fue donde con más virulencia se llevó el debate, quedándose en el partido, salvo en Alzira, la práctica totalidad de los militantes".

Paso al grupo mixto

"El proyecto de Lerma estaba agotado y los debates derivaron en refriegas"

"La pérdida de las elecciones del PSPV en 1995 sacó a la luz el agotamiento del proyecto político que dirigió Lerma desde 1979, aglutinando los varios grupos que se reclamaban del socialismo. La falta de proyecto alternativo orientó los debates en refriegas y en personalismos. Una nueva generación de militantes, autodenominados renovadores, con la única bandera política de 'hay que renovar caras', abrió una etapa de confusión en la que todavía hoy sigue inmerso el PSPV. Los nuevos dirigentes que se han ido sucediendo, incapaces de renovar el discurso e ilusionar a los votantes de centroizquierda, siguen dormitando sin ganar ni una sola de las elecciones convocadas, a la espera de que el PP las pierda. En 1999, a dos meses de la disolución de las Cortes decidí abandonar la política activa y me pasé al grupo mixto. Sin propiedades, ni rentas, ni trabajo, como tantos, busqué cómo sobrevivir fuera de la política".

Adiós a la política

"Mi generación creo que dio un pequeño empujón a este país"

"Ya se sabe: una persona no es sólo lo que su genética determina sino también lo que su epigenética condiciona. Así, uno acaba siendo, en buena parte, lo que hace. Y todo es política, incluso la actitud apolítica. Digamos, pues, que el adiós a la política activa es simultáneo al buenos días a otras facetas, de las que el poemario 'Material de derribo' es un ejemplo. Mi generación creo que dio un pequeño empujón a este país. Tal vez podríamos decir aquello de "¡Misión cumplida!"".