Un estudio epidemiológico realizado en el entorno de las centrales nucleares españolas, incluida la de Cofrentes, y de las instalaciones del ciclo de combustible nuclear, ha concluido que no existe un incremento en el número de cánceres asociado a la radiación recibida.

En realidad, el informe concluye que no se han detectado "resultados consistentes que muestren un efecto de incremento de la mortalidad por diferentes tipos de cáncer asociados con la radiación artificial recibida".

El estudio, elaborado por el Instituto de Salud Carlos III y el Consejo de Seguridad Nuclear, responde a un encargo del Pleno del Congreso de los Diputados en diciembre de 2005 que recogía la preocupación de los municipios situados en el entorno de las centrales.

El trabajo se ha realizado en todos los municipios situados en un radio de 30 kilómetros de instalaciones nucleares y también en poblaciones "testigo", de características socio económicas similares no afectadas por instalaciones.

Además, se ha estudiado la mortalidad por cáncer en los municipios caracterizadas por recibir mucha radiación natural (Galicia) o por estar poco expuestos a estas radiaciones. El CSN eligió en este apartado a los municipios de Agres, Alcoi y Bocairent.

1975-2003

El trabajo epidemiológico, que abarca un análisis de los datos disponibles desde 1975 a 2003, afecta a más de 1.000 municipios con 8 millones de personas y se ha realizado con "transparencia, independencia y rigor científico", según declaró Juan Carlos Lentijo, director técnico del área de Protección Radiológica en el CSN.

Según los autores del trabajo, las dosis recibidas por los habitantes de núcleos próximos a instalaciones nucleares son "muy reducidas" y "no sugieren" que pueda relacionarse "con una mayor mortalidad de cáncer".

Sin embargo, añade, se han encontrado algunas "relaciones dosis respuesta", limitadas a algún tipo de cáncer en varias instalaciones, entre las que no se encuentra Cofrentes, donde no existe, según el estudio, "ningún resultado que merezca comentarios detallados".

"Estos resultados no parecen deberse a la exposición derivada del funcionamiento de las instalaciones, ya que dichos hallazgos no se reproducen en otras instalaciones del mismo tipo y con características de exposición similares", por lo que la explicación habría que buscarla en distintos hábitos de vida o "el propio azar", dice el informe, que en algún caso insinúa la responsabilidad de otras instalaciones contaminantes.

La Asociación de Municipios Afectados por Centrales nucleares (AMAC) calificó de "esclarecedor" el estudio por lo que ha expresado su "satisfacción".

Greenpeace, por su parte, acusó al CSN de minimizar los datos sobre radiactividad en los que se basa el Instituto de Salud Carlos III para hacer el estudio epidemiológico.