Dentro de treinta años, la atención primaria se convertirá en la reina del tablero sanitario, la asistencia será tan personalizada que prácticamente se decidirá desde los teléfonos móviles o nuevas tecnologías y los ciudadanos serán más conscientes de su autocuidado personal. Este es la predicción que ayer realizó el economista Harold S. Luft, uno de los asesores del plan de reforma sanitaria del presidente Barack Obama, en las XXX Jornadas de Economía de la Salud que se celebraron en Valencia.

Luft agregó que dentro de tres décadas habrá cambiado el sistema de aseguramiento en Estados Unidos -que es donde se centra la reforma Obama- y que los gestores sanitarios comenzarán a buscar profesionales de atención primaria: médicos, enfermeros, fisioterapeutas...que son los grandes olvidadas de la asistencia sanitaria americana, "ni se piensa en ellos", agregó el experto que es profesor emérito de la Universidad de Berkeley y dirige un Instituto de Investigación en Palo Alto (California).

Luft agregó que en los próximos años, los ciudadanos podrán consultar los menús de los restaurantes que mejor se adapten a sus necesidades por el móvil.

Este especialista sanitario anunció que en el futuro la conexión entre los pacientes y los proveedores de salud, "será muy directa".

Para salvar el sistema sanitario de la inminente debacle económica solo hay una fórmula: racionalizar que no es lo mismo que racionar. "Racionalizar la afluencia de consultas tanto por parte de los ciudadanos que reclaman asistencia como de los médicos", declaró Enrique Bernal, presidente de la Asociación de Economía de la Salud.

Confianza y trasparencia son las claves que tiene que inspirar el sistema sanitario en los ciudadanos para no quebrarse en los próximos años, refirió Bernal.