Omertá. Silencio oficial. Los altos cargos de la judicatura valenciana rechazaron ayer hacer declaraciones públicas sobre la presencia de carteles injuriosos e intimidatorios contra el periodista de Levante-EMV que reveló las irregularidades laborales de algunos funcionarios de la Ciudad de la Justicia que fichan y se van. La fiscal jefe de Valencia, Teresa Gisbert, máxima responsable en las instalaciones de la Ciudad de la Justicia donde hasta ayer a las 8.30 horas había colgado uno de los pasquines, rechazó a través de su portavoz valorar la actitud de los funcionarios responsables de la medida. Tampoco quiso responder a si piensa adoptar alguna medida interna al respecto o si se solidariza con el periodista injuriado. No quiso decir nada.

Su superior jerárquico y fiscal superior de la Comunitat Valenciana, Ricard Cabedo, alegó —a través de una funcionaria— estar demasiado «ocupado» para poder valorar la presencia de los pasquines, que hasta ayer mismo se volvían a colgar a pesar de la orden inmediata de la Conselleria de Justicia, efectuada el pasado jueves, y la indicación taxativa en la misma línea efectuada ayer al director de gestión del edificio de la Ciudad de la Justicia por la presidenta del TSJ y el juez decano de Valencia.

La misma línea de mutismo adoptó la presidenta de la Audiencia Provincial, Carmen Llombart, quien prefirió no hacer ningún tipo de declaraciones al respecto tras ser preguntada por este periódico.

El silencio fue también la opción elegida ayer por la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Pilar de la Oliva. ¿Por qué no manifestó su opinión? «Porque no es algo en lo que pueda intervenir, ya que la Fiscalía no depende del TSJ, son órganos diferentes», y porque la Ciudad de la Justicia «es un edificio que pertenece a la Conselleria de Justicia», justificó ayer su portavoz oficial.

Sin embargo, y según supo ayer este periódico, la presidenta del TSJ sí que telefoneó ayer por la mañana a la Ciudad de la Justicia para ordenar la retirada inmediata de los carteles que todavía estaban colgados en el complejo judicial.