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Igual que hay premios que dignifican al premiado y premiados que dan solera al galardón, hay alcaldes que engordan la cosecha de unas siglas y siglas que priman a los alcaldes. Ese esquema suele operar con un estrecho margen de recorrido. Sólo en casos contados, en un puñado de ayuntamientos, los partidos o los candidatos resultan determinantes. Es el retrato que se da en circunstancias normales. Cuando casi uno de cada cuatro valencianos en edad de trabajar está en el paro, se está en unas condiciones excepcionales en las que las marcas del Gobierno —al que se le atribuye la culpa de la crisis— pueden convulsionar el mercado del voto. Esas marcas son PSOE y Zapatero. Los alcaldes socialistas saben que hace mucho que la ZP no renta y que los tiempos aconsejan, con vistas a salvar las alcaldías, refugiarse de esas etiquetas.

No hay nadie que no admita su temor a que el 22-M la crisis les pase factura en unas elecciones en las que, de entrada, se enjuicia la gestión municipal. Pero no todos se atreven a hablar directamente de un asunto que ha sido tratado incluso en reuniones del PSPV. «Que cada cual haga lo que sea para ganar», fue el ¡Sálvese quien pueda! del líder socialista Jorge Alarte en uno de esos encuentros. Lo explica uno de los presentes, que admite que hay que esforzarse como nunca en enfocar la batalla electoral entre los lindes del término municipal. Y «que no se vea mucho el puño y la rosa». «¿Si Zapatero le llamara y quisiera ir a hacer campaña?». «Menos mal que no me llamará», responde.

«Gandia ens uneix»

Cada ciudad es un mundo, pero donde más mérito tendrá una victoria socialista es allá donde la mayoría se sostiene con alfileres y donde es el tirón del candidato el que llega incluso a hurtar votos cuyo destino natural es el PP. Un caso paradigmático es Gandia. El socialista José Manuel Orengo logró 14.745 sufragios, frente a los 12.229 que fueron al PSPV en la urna a la Generalitat. Camps obtuvo 17.981 en Gandia y el popular Arturo Torró sólo11.482 a la alcaldía. El desajuste de EU entre autonómicas y locales fue de casi 1.800 votos. Parte de la sangría del PP y de EU se trasvasó a Orengo. Para retener ese caudal, ha tirado de trabajo e imaginación. La plataforma «Gandia ens uneix» reúne a más de un millar de gandienses con los que previamente ha charlado cara a cara y han decidido sumarse al proyecto de apoyo a Orengo. Los cafés del alcalde a domicilio con los vecinos, a lo «tupperware», han servido para el alistamiento. Los miembros de la plataforma que han querido —450— y 133 militantes han validado su lista con el 96% de apoyo. «Soy socialista y a mucha honra», repite el alcalde, pero sabe que su campaña pasa, más que nunca, por centrarla en Gandia y primar el corazón que sirve de logo a «Gandia ens uneix» sobre las siglas.

Empar Navarro lleva trece años de alcaldesa de Aldaia. «Nunca pondré un cartel sin el puño y la rosa, pero es evidente que vamos a resaltar todos las cuestiones locales y subrayar la imagen personal del alcalde o alcaldesa», explica. Piensa tirar de las redes sociales —pondrá en marcha «Amics d´Empar Navarro»— en unos comicios en los que es «más necesario que nunca remarcar las señas de identidad de mi gestión». Considera que sería injusto que la crisis «acabara por pasar factura cuando, además, el Gobierno se está esforzando en actuar con valentía». Navarro obtuvo hace cuatro años 6.578 votos, 1.184 más que el PSPV en autonómicas. Camps ganó allí con 1.097 votos más que su aspirante local. EU calcó resultados en las dos urnas. Navarro recibió votos populares.

El duro escenario de 1995

Tanto ella como el alcalde de Picanya, Josep Almenar, recuerdan el escenario de 1995, con un PSOE erosionado por la corrupción. Según Almenar, afectó menos de lo previsto a los resultados. Al menos en Picanya, donde es alcalde desde hace 28 años. Subraya la paradoja de que el mismo Zapatero que aprobó dos planes E de empleo local, ahora no vende. «En Picanya, el paro está cuatro puntos por debajo de la comarca, pero es un reto convencer a las 800 o 900 personas que no tienen empleo, y que cada una es un drama, de que no les conviene votar al PP», apunta. Preguntado por si las siglas saldrán esta vez más pequeñas, hace una alarde de sinceridad: «Unos te dirán que más pequeñas y otros que ellos irán más grandes, pero todos sabemos que habrá que hacer énfasis en la gestión y la imagen personal». Almenar también tiene plus. Sacó en las últimas 2.749 votos, 742 más que Pla en las autonómicas. Una parte procedía de EU, cuya lista local obtuvo 241 sufragios menos que la autonómica. Pero la mayoría, llegó de un PP al que le desertaron 607 devotos de la urna a las Corts.

Un alcalde de Alicante explicaba ayer que desde hace meses está saliendo «más que nunca a la calle y a los bares». «Tienes que explicar uno a uno que Zapatero no tiene la culpa de todo y que las elecciones son para votar al alcalde», comentaba.

El alcalde de l´Eliana, Josep Maria Àngel, no tendrá una campaña muy distinta a las otras. «L´Eliana tiene ángel» es su lema de cabecera desde 1999. «Primero las personas» es otra de las máximas con las que concurre quien tiene un 41% más de voto que su partido en la Generalitat (4.204 frente a 2.982), mientras que el PP pierde un 33% de papeletas cuando las traslada de la urna autonómica a la local. Se entiende que en l´Eliana, la campaña tenga un perfil muy personal.

El manual de estilo receta «Socialistes valencians»

Que la imagen corporativa tenga una coherencia y que todos los candidatos locales se presenten bajo un mismo paraguas estético, además de político. Es la pretensión con la que la ejecutiva de Jorge Alarte remitirá a todos los aspirantes municipales un manual de estilo en el que se fijarán todas las pautas para la cartelería y demás soportes de campaña.

Entre otras consideraciones que formarán parte del recetario está el uso de la denominación «Socialistes valencians» de forma preponderante, por no decir exclusiva. Esta alternativa a PSPV-PSOE ha sido la fórmula introducida paulatinamente por Jorge Alarte desde que en septiembre de 2008 cogió las riendas del partido en un congreso en el que, por 107 votos a 7, se decidió el archivo de la propuesta de cambiar el nombre al partido, formulada en la ponencia política que coordinó el portavoz parlamentario Ángel Luna. Socialistes valencians es el nombre de la página web y la denominación que habitualmente utiliza el secretario general para referirse a su proyecto.

Con el uso general de este nombre se unificarán, además, las campañas locales con la autonómica en la que, como contó ayer este diario, aparecerá Socialistes valencians de forma absolutamente hegemónica sobre la denominación PSPV-PSOE.

Desde el partido subrayaron, a propósito del planteamiento de campaña de Jorge Alarte, que dejar a un lado el nombre PSPV-PSOE no es una decisión que responda a una necesidad surgida de la coyuntura de la crisis, esto es, una huida de las siglas a las que se les asocia con el desgaste del Gobierno que preside Zapatero.

De hecho, recuerdan, Socialistes valencians se empezó a introducir tras aquel congreso de 2008, que se celebró apenas unas semanas después de la eclosión de la crisis financiera, que empezó por la quiebra de entidades crediticias en Estados Unidos, asfixiadas por las hipotecas basura.