Además, son numerosos los estudios que demuestran una relación estrecha entre el ruido y el aumento de la presión arterial, el colesterol y el ritmo cardíaco ya que el estrés, la irritabilidad y la ansiedad pueden provocar problemas cardiovasculares.

Con respecto a los cambios psicológicos, diferentes estudios destacan que ante el ruido excesivo y constante, disminuye la concentración, la efectividad y la productividad.