José Manuel Uncio saltó a la primera división de la política, en 1995, desde el Ayuntamiento de Valencia. En el Cap i Casal fue asesor del concejal José Luis Olivas (actual vicepresidente de Bankia) quien, al ser nombrado conseller de Economía, se lo llevó para que se hiciera cargo del IVF. Desde aquel verano, Uncio ha sido el mago financiero del Consell del PP. Por sus manos pasaron miles de millones de euros y, de su voluntad, dependían la mayoría de iniciativas empresariales (avaló a Ferrys, Lois y Kelme) y los proyectos en los que se embarcó la Generalitat y que con el tiempo se han convertido en un lastre. Uncio participó en la financiación de Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias (fue quien urdió la operación de venta del solar de las torres de Calatrava para oxigenar las cuentas de la Cacsa), participó junto a Tabares en la contratación de Julio Iglesias (que aún investiga un juez) pero también fue el ideólogo de la Ley autonómica de Cajas que permitió al Consell controlar sus consejos de administración. Al frente del IVF también tomó decisiones polémicas como privatizar la asistencia jurídica de la entidad, los conserjes y telefonistas. En el año 2000 se supo que había creado una sociedad dedicada a la consultoria de empresas y el sector inmobiliario (que permanece desde 2009 sin actividad, según el Registro Mercantil) y que resultaba incompatible con su cargo. En 2005 saltó el escándalo del pago con la Visa oficial de gastos personales que investigó la fiscalía, pero que se archivó.