Dirigentes del PP de la Comunitat Valenciana temen que el expresidente de la Generalitat Francisco Camps acabe montando un partido político que ponga en riesgo su mayoría absoluta en 2015. La hipótesis de que el exjefe del Consell siga los pasos del exministro Álvarez Cascos en Asturias empieza a cobrar fuerza en las filas populares una vez el "problema Camps" sigue sin resolverse.

Y es que la absolución del exjefe del Consell en la causa de los trajes ha acabado convirtiéndose en un quebradero de cabeza para su sucesor, Alberto Fabra, quien dentro de dos meses afronta su prueba de fuego en el congreso regional del PP. Camps, que ganó las elecciones con mayoría absoluta unos meses antes de dimitir y ceder la presidencia a Fabra, se siente plenamente rehabilitado para volver a la primera línea, pero su reubicación se antoja complicada.

La dirección nacional del PP que dirige Mariano Rajoy, a pesar de las peticiones cursadas desde el Palau de la Generalitat, ha decidido esperar antes de decidir si ofrece a Camps alguna salida que le compense por su dimisión. Sin embargo, los tiempos de Génova no parecen coincidir con los del propio Camps, quien se siente traicionado por Fabra -le reprocha que no le apoyara durante el juicio y que no lo haya defendido su gestión- y reclama un lugar que ahora cree demostrado nunca debió perder.

En las entrevistas que ha concedido desde que fue absuelto ha dejado abierto su futuro político hasta el punto de que un sector del PP, todavía fiel a su liderazgo, lo ha estado animando para que presente una candidatura alternativa a Fabra. Camps ha tanteado sus opciones reales con algunos dirigentes que por distintas razones se encuentran distanciados del presidente. Sin embargo, esta posibilidad no preocupa tanto en el Palau como el hecho de que acabe montando un partido propio si llegado el momento se siente fuera de juego. El expresidente podría asumir la bandera del valencianismo que en estos momentos de crisis Fabra ha guardado en el cajón y que es un caladero de votos para el PPCV.

Una entrevista concedida a la revista Telva en la que Camps asegura que ahora se siente "más preparado que nunca para ser presidente de la Generalitat o de Gobierno" hizo saltar ayer aún más las alertas entre algunos responsables populares. El entorno de Camps descarta con rotundidad una maniobra de este calado al recordar que Camps es "un hombre de partido".

Ayer el propio expresidente se vio obligado, tras el revuelo generado, a matizar sus declaraciones a Telva y a subrayar su lealtad hacia Rajoy: Añadía que "de momento" no pensaba asumir más responsabilidades que las derivadas de su condición de diputado de las Corts y miembro del Consell Jurídic Consultiu. Camps sólo ha ido a las Corts un día en nueve meses. Ayer, que hubo pleno, tampoco asistió. En el PP nacional, algunos cargos creen que Camps está presionando a Rajoy para que le dé una salida.