Los primeros ejemplares de buitre introducidos en la sierra alicantina de Mariola, en el marco de un proyecto que se acometió hace doce años, ya tienen a su primer nieto entre ellos: un polluelo cuyo nido se quedó a tan solo 30 metros de las llamas que asolaron hace dos semanas este paraje. Se trata de la segunda generación de buitres procedentes de los ocho ejemplares que fueron introducidos en Mariola en el año 2000, todos ellos traídos desde la Sierra de Fuentes (Cáceres), tras más de cien años de ausencia de esta especie.

El nacimiento de este polluelo se suma a otros doce detectados en la sierra alicantina, si bien estos últimos no proceden directamente de los ejemplares introducidos a través del citado proyecto, pues sus padres llegaron hasta Mariola en vuelos migratorios.

La hembra, bautizada en 2005 con el nombre de "42H", alcanzó este año su madurez sexual y se apareó con un macho procedente del paraje de la Tinença de Benifassà, y "fruto de esta relación ha nacido el polluelo", según explicó el presidente del Fondo de Ayuda para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS), Álvar Seguí. Se da la circunstancia de que el nido donde nació este nuevo ejemplar, bautizado como "F9H", estaba ubicado en el paraje de Huit Piletes (Cocentaina), donde hace dos semanas se registró un incendio que asoló unas 500 hectáreas.