Las enmiendas promovidas por el presidente Fabra que no ha aceptado presentar el PP en el Congreso recogían mejoras inversoras, como el mismo jefe del Consell dijo en las Corts hace nueve días, en «agua, la cultura, el transporte y las inversiones en general». Esto es, el AVE a Castelló y Alicante, el tercer carril (aplazado por el Gobierno a 2017), el Corredor Mediterráneo o Palau de les Arts. En total, eran 144 millones más, de los que 76 eran para el eje ferroviario del litoral, clave para la industria y economía valenciana.

Fabra no logró concesiones de Génova —salvo la inclusión de 100.000 euros para la línea Xàtiva-Alcoi— pero sí otras comunidades. Sobre todo, Aragón, que arrancó 85,4 millones, de los que 65,4 son para infraestructuras y 20 para el Pacto del Agua aragonés (el embalse de Yesa). Así, mientras el Corredor Mediterráneo no logra nada más sobre los 199 millones ya incluidos en las cuentas —que apenas dan para redactar el proyecto—, el Corredor Central sí obtiene a través del PP un impulso simbólico pero cargado de intención: Un millón para la entidad que realiza estudios sobre la Travesía Central Pirenaica, que es la salida del AVE hacia Francia del eje central. También hay 600.000 euros para la reapertura del túnel de Canfranc.

Asimismo, se dota con 30 millones un fondo para inversiones en Teruel. El resto son actuaciones en carreteras aragonesas; 2,5, para el aeropuerto de Zaragoza; y otros 2, para subvencionar a la concesionaria de la Autopista Vasco Aragonesa la gratuidad de dos tramos.

Ayudas a El Ferrol y Santiago

No es la única. Galicia, ya primada en la inversión, rasca 7,1 millones: 5,4 en préstamos para la reindustrialización en El Ferrol; 1,9, en una carretera; así como 100.000 euros para el Consorcio Ciudad de Santiago de Compostela y beneficios fiscales para el Peregrinaje de San Francisco de Asís a Santiago. Castilla y León arranca, asimismo, 6 millones con las enmiendas populares; Canarias, 4 (para una planta potabilizadora); y Murcia, 3; y Madrid, 1,4 para su Universidad Politécnica.

La nota esperpéntica se dio en el Ayuntamiento de Valencia, donde el vicealcalde, Alfonso Grau, todavía esgrimió las enmiendas promovidas por el consistorio (por 131 millones, que forman parte de las planteadas por Fabra) para defenderse de las críticas por el recorte inversor a Valencia. Para entonces el PP del Congreso ya había tumbado las alegaciones valencianas. Entre ellas, Grau, además de los 76 millones del eje Mediterráneo, citó la ampliación del San Pío V, los nuevos carriles de la V-21 y la A-3, el soterramiento de vías en Serrería, la regeneración de playas o el IVA de las Fallas.