Crisis humanitarias en el Sahel, Congo, Siria... La desgracia no da tregua.

Sí, y habrá más porque hay otros factores que se suman a los conflictos: El cambio climático o la fluctuación de los precios. Las emergencias humanitarias crecen y la brecha entre las necesidades y la capacidad para afrontarlas cada vez es más grande. Pero también hay buenas noticias, en la crisis del Sahel se actuó con celeridad ante la primera señal de alarma si lo comparamos con lo que sucedió en el cuerno de África.

Los recortes en materia de cooperación internacional no ayudan. Los Presupuestos Generales de 2013 rebajan un 23% la partida para esta materia.

Un recorte sobre recortes. El Gobierno anterior ya comenzó con la rebaja y si sumamos hasta ahora la caía es del 70%. Pero es que en la partida humanitaria de 124 millones se pasa a 12,7. Eso es menos dinero que el programa de Intermón-Oxfam en el Sahel. No hay partida ni departamento que sufra un recorte así. Si abandonamos los países con crisis humanitarias, ¿quién se queda? Esto afecta a los más pobres pero también a la sociedad española. Hemos sido un país referencia en la cooperación internacional y ahora dejaremos de serlo.

¿Es inmoral meter la tijera en esta materia?

Claro que sí y lo es más que el Gobierno plantee la disyuntiva de apoyar a los pobres de aquí o los de países del tercer mundo, de atender las residencias de la tercera edad o la dependencia o la acción humanitaria en el Sahel. La disyuntiva ha de ser ayudar a los necesitados o el rescate bancario, pagar a los discapacitados o una indemnización millonaria a un directivo de un banco.

¿Algunas Administraciones han utilizado la cooperación internacional como escaparate político?

Sí, de hecho un informe de nuestra asociación así lo afirma, la cooperación se ha utilizado para fines políticos, para hacer electoralismo. Nosotros esperábamos un recorte pero no un desmantelamiento del estadio del bienestar y de las ayudas al tercer mundo. Se han derrumbado capacidades: Conocimiento, experiencia y recursos humanos.

¿El Estado realiza una dejación de funciones en materia de asistencia social y traspasa el problema a las ONG?

Los estamos viendo con la proliferación de comedores sociales. Es de una ética dudosa porque saben que siempre habrá una financiación privada que cubrirá las necesidades de las asociaciones. Se está demonizando que desde el sector público se subvencionen entidades privadas. Nosotros notamos la crisis, hay socios que se dan de baja pero también tenemos altas, Hay socios que lo están pasando mal pero aunque reduzcan su cuota siguen ayudando.

¿Existen otras políticas que no sean los recortes y la austeridad?

Claro que hay alternativas. El día 13 de diciembre publicamos el informe Crisis, desigualdad y pobreza que aborda este tema. Países de América Latina o Asia, aunque tengan estructuras diferentes a las nuestras, han salido de la crisis con otras políticas. Lo ha dicho la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff: No hagamos las mismas políticas, hay que aplicar otras totalmente contradictorias. Los más vulnerables no pueden pagar la crisis. Chile ha nacionalizado el cobre, su principal fuente de exportación. No digo que deba estatalizarse todo, pido más intervención del Estado.

¿Cómo afecta la crisis a Intermón-Oxfam?

Hemos tenido que cancelar algunos programas pero la base social se mantiene gracias a nuestros socios y voluntarios. Gracias a Oxfam tenemos financiación de países como Suecia, Inglaterra, Noruega o Canadá. En cuanto al presupuesto, bajará no más de un 7%.

¿La Generalitat les debe dinero?

Nos debe 400.000 euros para proyectos que ya están ejecutados con dinero que hemos tenido que adelantar y que hemos sacado de tenían que ir a otros programas. Hay una doble inmoralidad: Se deja colgada a la gente y pone a las ONG en una situación trágica.