La llamada doctrina Fabra, consistente en destituir o forzar la dimisión de todo aquel que resulte imputado (con excepciones), ha servido para levantar ampollas en el PP valenciano y en especial entre quienes han sido públicamente señalados por el presidente. Pero no ha servido para mejorar la reputación del Consell en la era posterior a Camps. Para tres de cada cuatro valencianos, el Consell que preside Alberto Fabra «no ha demostrado honradez». Solamente el 16,4 % de los ciudadanos considera que el Ejecutivo autonómico ha actuado éticamente.

El último barómetro del CIS revela que los valencianos entienden que la corrupción no es un producto que escasea en las administraciones públicas. Está muy o bastante extendida en la política autonómica. Es lo que piensa el 87,7 % de la ciudadanía. Prácticamente la misma cantidad de personas (87,3 %) considera que las actuaciones contrarias a la ética y la ley campan por la política nacional.

Es, en cambio, menos abrumadora la mayoría (72,6 %) de quienes piensan que la corrupción impregna la gestión de los ayuntamientos. Y ello pese a los numerosos escándalos que se han sucedido en la política local, donde se cuece el urbanismo, el mejor caldo de cultivo para las comisiones. La C. Valenciana es puntera en materia de corrupción para un 44,2 % de los encuestados. Los que creen que hay más casos entre Vinarós y Pilar de la Horadada que fuera. Apenas un 3,7 % detecta más comportamientos poco edificantes en otras tierras. El grupo mayoritario (47,3 %) lo constituyen quienes están convencidos de que hay «más o menos» los mismos casos de corrupción con denominación de origen Comunitat Valenciana que localizados en el resto de España.

En la encuesta del CIS no sólo se cuestiona a Fabra y a su Consell. En realidad se reprueba la propia existencia de la Generalitat. Los valencianos no demuestran mucho fervor por la España autonómica. Un 30,6 % de los ciudadanos se muestra partidario de la vuelta a un «Estado con un único Gobierno central». Unos pocos menos (25,6 %) apuestan por que las comunidades autónomas tengan menos competencias. El 23 % se muestra partidario de congelar el mapa autonómico tal como está.

El discurso federalista que predican entre otros los socialistas no parece que levante pasiones en la C. Valenciana. Un escaso 10,1 % defiende mayores cuotas de autogobierno. El 4,7 % de los valencianos aboga incluso por un Estado autonómico que reconociese el derecho a la autodeterminación.

Preguntados específicamente por hacia dónde debería evolucionar el autogobierno valenciano, son más los partidarios de recortar competencias (39,6 %) que quienes preferirían un «mayor grado de autonomía», el 21,9%. Con todo, el desarrollo de la España autonómica ha sido positivo para el 42,1 % y negativo para el 39,2 %.

El sentimiento identitario de los valencianos está bastante bien retratado en la letra que Maximilià Thous puso al himno de la Exposición. Un 13,7 % se siente «únicamente español», frente al 2% que se considera solo valenciano. El 17,8 % se identifica con la descripción «más español que valenciano» y un 55,5 % se siente «tan español como valenciano», según el CIS.