«Nosotros no vamos a apagar». Lo dijeron el presidente del comité de empresa, Vicent Mifsud, y la presentadora que inauguró en 1989 las emisiones de RTVV, Xelo Miralles -hoy miembro del consejo de administración- en una asamblea multitudinaria celebrada en la mañana de ayer en el garaje de unidades móviles del edificio de Burjassot.

Apagar es la papeleta que le queda ahora al Consell, después de que ayer expresara un doble no -primero, el presidente, Alberto Fabra, en su conferencia en Madrid, y por la tarde, el vicepresidente José Císcar, por teléfono y por escrito- a la oferta presentada el lunes por el comité para mantener viva RTVV con 920 empleados (700 menos que ahora) sin aumentar el presupuesto de 2014.

La asamblea, que reunió a unas 800 personas, tuvo un sabor agridulce. Por un lado, la emoción de la vuelta de algunos que llevaban un año en la calle. Por otro, el desencanto ante un futuro negro, pues cuando entraban al encuentro Fabra ya había dejado caer en Madrid que la decisión del cierre no se movía.

El comité lamentó enterarse a distancia y replicó que la partida no se ha acabado. Contemplan la vía judicial, que ya les fue favorable al anular el TSJ el ERE. Más contundente fue Intersindical: «Volveremos a vernos en los tribunales».

En un documento en castellano, el Consell argumenta el «no» a la propuesta del comité porque es «inconcreta». Rechaza asimismo una plantilla de 920 y considera que los costes laborales son superiores a lo que el comité dice. Y «no hay tiempo material de renegociar», porque ello «significaría continuar manteniendo -hasta nadie sabe cuándo- el escenario insostenible de una plantilla de 1.700 personas».