La procesada en el juicio del caso Blasco Tina Sanjuán, ex secretaria general de Cooperación, admitió ayer la falta de control en las subvenciones, aunque aseguró que a pesar de ello «el dinero no se daba a troche y moche». Tina Sanjuán, que se enfrenta a trece años y medio de cárcel, admitió que vio raro que el exconseller Rafael Blasco se llevara los expedientes bajo sospecha para estudiarlos y señaló que les dijo que él era el «intérprete» de las bases de las subvenciones. La procesada precisó que la Fundación Cyes no devolvió ni el dinero ni los pisos.

La ex secretaria general de Cooperación puntualizó que ha trabajado en las diferentes consellerias por las que ha pasado Blasco desde 1999 e insistió en que no tiene ninguna relación de confianza con el empresario encarcelado Augusto César Tauroni a pesar de lo que pueda parecer por los mensajes electrónicos que le enviaba y que uno de ellos comenzaba con un «hola, caracola».

El fiscal le hizo una batería de preguntas sobre la documentación supuestamente falsificada que la Conselleria de Solidaridad envió a la Fiscalía con la intención de desmontar la acusación. La procesada negó la falsificación de la documentación, aunque admitió que no tenía «ninguna explicación» para algunas de las preguntas que le hizo el fiscal sobre la presunta manipulación. La acusada recalcó: «Si hubiéramos querido falsificar en la conselleria lo habríamos hecho bien. No esa chapuza».

Uno de los puntos más extraños para el fiscal de la concesión de las subvenciones de 1,6 millones de euros fue el empeño de Blasco de aprobarlas a pesar de las reticencias de una de las componentes de la mesa de evaluación que alertó de que la Fundación Cyes no cumplía con el requisito de experiencia previa. «El conseller pidió que resolviéramos el tema porque era muy tarde», explicó. Sanjuán incidió en que si no hubieran aprobado en ese momento las subvenciones el dinero se lo habrían quedado otras consellerias porque se pasaba el plazo. «Mi obligación era que (la subvención) saliera para que no se perdiera el dinero», recalcó Sanjuán.

La ex secretaria general añadió que «Blasco dijo que el intérprete de las bases de la convocatoria era él o Català (el exsubsecretario imputado). Blasco dijo en la mesa (de evaluación) que iba a revisar los expedientes». El fiscal le preguntó si le pareció normal y Sanjuán admitió que no entendió muy bien por qué tenía que revisar los expedientes administrativos. «Tampoco se iba a enterar mucho», sentenció.

La procesada añadió que lo controles en Cooperación «eran muy laxos. Cuando llegamos a la conselleria había expedientes desde el noventa sin cerrar. El dinero no se daba a troche y moche, pero se aceptaban facturas de entidades extranjeras que a una española no se le hubieran admitido».