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«El traslado de la política al plató de TV se explica en parte porque el Parlamento no cumple su función»

«No comparto la propuesta del PSOE de obligar a los diputados a tener la exclusiva; sólo podrían serlo la gente sin oficio, los funcionarios y liberados»

En esta democracia mediática, ¿el traslado del Congreso a los platós de La Sexta y Tele 5 evidencia el fracaso del Parlamento?

No lo diría así de crudo, pero es cierto que entre las razones para que esto haya acabado en el plató televisivo está una preocupante devaluación del parlamentarismo. Este fenómeno tiene la ventaja de que se habla de política, que se convierte en centralidad, y tiene la desventaja de que se banaliza la política porque lo que manda son los tiempos de la televisión. El discurso político ha de ser necesariamente riguroso, ha de tener matices, posibilidad de argumentar y necesita su tiempo, pero la tele no te lo da. La argumentación es imposible. Es más bien un intercambio de eslóganes. Se ha llegado a este punto porque los Parlamentos no han cumplido su función de debate y deliberación.

¿Si la invitan a la tele de Rus irá?

Voy a todos los sitios donde me invitan pero combato y combatiré ese proyecto.

¿En qué condiciones pactaría con Fabra una hipotética reapertura de Canal 9?

Es especular sobre una bravuconada que soltó un señor al que le subió la testosterona al ver que Rus se le sube a las barbas. Canal 9 sólo puede reabrirse en condiciones legales, que sea una televisión pública y profesional, que no la inaugure ningún político y sea plural, que refleje la sociedad y no el Gobierno. Lo más cercano a ese modelo fue la televisión, los informativos de la TVE del bienio progresista de Zapatero.

El decálogo del PSOE por la regeneración prohíbe compatibilizar el acta de diputado con un trabajo privado. A usted le afecta.

No lo comparto. Si se aprobara eso sólo podrían ser diputados aquellos que o bien no tienen oficio y toda la vida son liberados del partido, o son funcionarios, porque tienen la plaza asegurada al volver. Esto lo sufren en especial los partidos de izquierda.

Un electricista o un auxiliar administrativo tienen trabajo para llenar el horario laboral, ¿el trabajo de diputado no da para una jornada completa?

De hecho, yo muchas veces hago dos jornadas, pero en mi caso, si yo desmonto mi despacho, ¿a dónde vuelvo? Tenemos alcaldes que al dejar el cargo los han echado de la empresa. Nuestro ordenamiento jurídico no da protección suficiente al trabajador que va a un cargo público. Por eso hay que protegerlo más. La cuestión es qué tipo de instituciones queremos, si se quiere gente de todos los estratos sociales y oficios, que aportan diversidad de visiones, o sólo funcionarios, liberados del partido y gente sin oficio. Eso favorece a la casta.

La compatibilidad abre la puerta a usar la tarjeta de visita de diputado en beneficio del despacho o la empresa.

Claro, pero eso está prohibido. Por eso hay que mejorar la ley de incompatibilidades, para cerrar puertas giratorias. Tampoco es lo mismo un señor que esté en un consejo de administración que otro que sea fontanero.

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