­El Vaticano considera que las homilías deben ser actuales y evitar sermones abstractos o enseñanzas catequéticas. Así lo pone de manifiesto el nuevo manual, con directrices claras, pero sin normas nuevas, para preparar mejor las homilías y que la Santa Sede ha remitido a todas las Conferencias Espiscopales del mundo. El documento pone de manifiesto que no basta sólo la técnica, sino que lo importante es llevar a Cristo en cada palabra.

El texto está dedicado a instruir a los sacerdotes y en el texto se les aconseja, entre otras cosas, prepararse con el estudio, ser breves y estar atentos a la actualidad y a la comunidad de fieles a la hora de escribir las homilías.

Desde la celebración en 2008 del Sínodo de los obispos sobre el tema de la Palabra de Dios surgió entre los religiosos la necesidad de que existiese un texto oficial que ayudase a los sacerdotes a realizar mejor las homilías para cada celebración religiosa.

Muchos de los consejos que ofrece este Directorio se basan en los que dio el papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) y en la que ya explicaba que "la homilía no puede ser un espectáculo de entretenimiento, no responde a la lógica de los recursos mediáticos, pero tiene que dar fervor y significado a la celebración".

El texto, que fue presentado ayer por el Vaticano, deja claro que la homilía «no es un sermón sobre un tema abstracto», ni un «puro ejercicio de exégesis bíblica», ni siquiera una «enseñanza catequética». Por último, destaca que «la homilía no debe ser utilizada como un momento para dar testimonios personales del predicador».

En este línea subraya que es necesario que una buena homilía «reflexione sobre los acontecimientos de su tiempo, busque incesantemente desarrollar esas capacidades que le ayuden a predicar de manera apropiada y, sobre todo que consciente de la propia pobreza espiritual, invoque al Espíritu Santo como artífice principal en hacer dócil el corazón de los fieles a los misterios divinos».

«La homilía no es solo comunicar bien. No basta la técnica: hay que llevar a Cristo en cada palabra», explicó en la presentación del texto el cardenal Robert Sarah, nuevo Prefecto para la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que sustituyó en el cargo al actual arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares.

Sobre la extensión de las homilías, Sarah precisó que es un concepto «más bien cultural». «El concepto de homilía larga depende de las culturas. En Europa, 20 minutos es mucho; en África, 20 minutos no bastan», destacó.

En el Decreto, firmado por el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, el 29 de junio de 2014, se indica que, después de ser valorado en la ordinaria de la Congregación, los días 7 de febrero y 20 de mayo del 2013, fue aprobado por el Papa Francisco para su publicación.

El nuevo Directorio Homilético consta de dos partes: la primera dedicada a la homilía en el ámbito litúrgico. Es decir, se describe la naturaleza, la función y el contexto, así como algunos aspectos que le caracterizan, como el ministro ordenado al que le compete, la referencia a la Palabra de Dios, su preparación próxima y remota, los destinatarios; la segunda dedicada al «ars praedicandi». Esta parte analiza todo lo relacionado con las claves de lectura para el ciclo dominical-festivo de la misa a partir del año litúrgico y tiene como función dar las coordenadas metodológicas y de contenido para tener en cuenta a la hora de preparar y pronunciar la homilía.

Al final del documento, que contiene 107 páginas, hay dos apéndices que relacionan la homilía con la doctrina de la Iglesia Católica. El primero hace referencia al Catecismo de la Iglesia Católica y, el segundo, a documentos del Magisterio sobre la homilía.