El tren de la costa seguirá esperando. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha anunciado esta semana en una visita a Málaga que el Ministerio tiene previsto invertir en los próximos meses unos 20 millones de euros para mejorar la red de cercanías ferroviarias en la Costa del Sol, culminando la actuación, además, con la redacción del proyecto para finalizar la extensión del tren a Estepona y Marbella desde Fuengirola, los últimos 60 kilómetros que quedan para que todos los municipios costasoleños cuenten con enlace ferroviario con la estación del AVE y con el aeropuerto, que lleva conectado con el tren de alta velocidad desde que se inauguró la línea Madrid-Málaga.

El anuncio vuelve a constatar el abandono que sufre el ferrocarril convencional, y en concreto las líneas de cercanías en Valencia y Alicante, donde la llegada del AVE el 17 de junio de 2013, paralizó el resto de las actuaciones diseñadas por el Ministerio de Fomento y el Consell. Torrevieja (100.000 vecinos) lleva esperando su unión con el ferrocarril desde el año 2000, y nada se sabe del tren de la costa que prometieron PP y PSOE y sería la alternativa para paliar la falta de un AVE directo entre Alicante y Madrid.

La falta de fondos ha dejado sin efecto en la Comunitat Valenciana el acuerdo firmado en abril de 2010 para crear una potente red ferroviaria entre Alicante y Valencia presupuestada en 7.400 millones de euros (3.400 millones de Fomento y 4.000 del Consell), y con proyectos entre los que figuraban el tren de la costa y la construcción de la red de trenes de cercanías del Vinalopó, aprovechando las vías que ha dejado libres la nueva plataforma del AVE. Los últimos presupuestos de la legislatura del Consell y los penúltimos del Ejecutivo Central dejaron fuera las inversiones necesarias para recuperar los cercanías y, además, la conexión con el aeropuerto de Alicante-Elx. El hueco que dejó Aena en la nueva terminal y que se ha quedado como testigo mudo de la indiferencia con la que tratan Madrid y Valencia a la provincia de Alicante en materia de infraestructura ferroviaria.

El retraso de la modernización de las estaciones de Villena, Elda, Novelda y Sax, que desde la inauguración de la linea de alta velocidad se han quedado prácticamente sin servicios, porque ya apenas paran trenes „talgos y regionales„ lo que ha dejado sin servicio a una población de unos 500.000 habitantes. El proyecto colea desde el año 2000 cuando se anunció un presupuesto de 4.000 millones de euros. Volvió a plasmarse en un convenio conjunto en 2010 entre la Generalitat y Fomento, que sigue en el cajón y para 2015 sólo hay presupuestados 200.000 euros para las cercanías y 400.000 para el tren de la costa entre Gandía y Dénia. Calderilla.

En estos momentos y desde la entrada en servicio del AVE, las tres comarcas del Vinalopó se han quedado prácticamente aisladas por ferrocarril. Por la línea convencional Alicante-Madrid, que en La Encina gira hacia Valencia, siguen circulando los Euromed, Talgo y los trenes regionales, pero en las estaciones sólo paran, y en no en todas, el Talgo de Barcelona y el Regional de Castilla-La Mancha y el que conecta Alicante con Zaragoza. No se detienen los Euromed ni, por supuesto, ninguno de los AVE y Alvia que ahora circulan por la plataforma de alta velocidad.

El presidente del Consell, Francisco Camps, y el ministro de Fomento, José Blanco, suscribieron entonces un protocolo para mejorar la red ferroviaria de cercanías en toda la Comunitat Valenciana con un horizonte que llevaba las obras hasta 2020.

El plan de cercanías suponía la renovación y reordenación de la actual red ferroviaria de proximidad, con cuatro nuevas líneas, la ampliación en 139 kilómetros de vía y 13 nuevas estaciones. Además, se renovarían otras 34. El documento recogía la prolongación de la línea Valencia-Gandía hasta Dénia y a Alicante, que iba a ser sufragada tanto por el Ejecutivo central como por el Consell. En teoría era una de las obras más importantes desde el punto de vista social (los vecinos de La Safor y la Marina Alta la reclaman desde hace años) como desde el presupuestario. El bautizado como «tren de la costa» iba a circular a un máximo de 220 kilómetros por hora, lo que situaba a los municipios ubicados en esta franja a un paso de las conexiones AVE de Valencia y Alicante.

Además, se incluyó la construcción de una la línea de cercanías para conectar el Vinalopó con Alicante, ya prevista por el Ministerio, con estaciones en Novelda, Elda, Sax y Villena; así como una conexión directa desde Alicante hasta el aeropuerto en su camino a Elx y Crevillent (variante de Torrellano, también hoy paralizada). Fomento y Consell se comprometieron a que todo el plan de cercanías estuviera en obras en el año 2015. Pero llegó la crisis y todo saltó.