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Caturla fue el fichaje estrella de Fabra «robado» a Rus

Castellano y Quinzá, cuñada del todavía vicepresidente provincial, urdieron la deserción de quien es pieza clave en la supuesta trama

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, empeñó públicamente su palabra al proclamar la semana pasada que jamás, «nunca en mi vida he visto a Marcos Benavent». El tiempo dirá. A quien segur0 que conoce es a Máximo Caturla. El todavía vicepresidente segundo y consejero de administración de Imelsa es un clásico de la escena política valenciana desde que en 1995 entró en el Consell de Zaplana como primer director general de Presupuestos con José Luis Olivas de conseller. Sus 20 años en la política de primera fila dibujan una línea paralela a la del PP: de escándalo en escándalo y siempre al cargo de alguna caja pública de caudales.

Para Fabra, Caturla es el gran fichaje, el nombre del golpe político que le asestó a Alfonso Rus en el congreso de Alicante, de mayo de 2012. Menos de tres meses después de que el presidente de la diputación lo convirtió en vicepresidente segundo, en sustitución de Enrique Crespo —proceso en el caso Emarsa— Caturla traicionó a Rus y se desmarcó en aquel congreso de la abstención propugnada por el presidente provincial para expresar el malestar con la designación de Serafín Castellano como secretario general del PP. Caturla, Carmen Jávega y Vicente Ibor fueron los tres que desertaron de Rus para abrazarse a Fabra. A Caturla lo premió el jefe del Consell situándolo como número dos en la Secretaría de Organización, con Marisol Linares, en aquella macroejecutiva que emanó del cónclave de Alicante. El fichaje estrella del presidente Fabra lo negoció el propio Castellano y su lugarteniente Asunción Quinzá, quien era la número dos de su padrino en Gobernación, además de cuñada de Caturla. En su puesto de consejero delegado de Ciegsa, Caturla pagó —como reveló Levante-EMV el 16 de julio de 2013— 200.000 euros al constructor José Miguel Pérez Taroncher, favorecido por Castellano con contratos a dedo desde que le abrió la puerta de la Generalitat cuando llegó a conseller de Sanidad.

Caturla era entonces subsecretario del área económica y de recursos humanos. El incendio de la documentación de Ciegsa, el asalto a su sede o el despido de la trabajadora que lo denunció son capítulos oscuros de quien aparece en las grabaciones como pieza clave en la trama de reparto de comisiones, como ha publicado este diario.

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