La dieta mediterránea no solo beneficia la salud de las personas, sino también la de la Tierra y la de la atmósfera. Así lo ha anunciado ya el Observatorio Mundial de la Dieta Mediterránea (Womed) que asegura que la consolidación de este patrón histórico de alimentación mediterránea reduciría la emisión de gases de efecto invernadero un 70 % y el uso de terreno agrícola-ganadero en un 60 %.

El nuevo organismo, que depende de la Fundación Internacional de la Dieta Mediterránea, no solo va a hacer el seguimiento de la implantación de la dieta mediterránea, sino también de sus consecuencias o implicaciones sanitarias, sociales, medioambientales, culturales y económicas. También fomentará la investigación interdisciplinar de los efectos sobre la salud de este tipo de ingredientes.

El catedrático de Medicina Preventiva y presidente de la Fundación de la Dieta Mediterránea, Lluis Serra-Majem, ha manifestado que la adhesión a este tipo de patrón alimentario reduciría el efecto energético en un 50 % y el consumo de agua en más de un 30 % .

Por el contrario, la progresiva adhesión a la dieta occidental incrementaría el consumo energético, el de agua, el uso de terreno agrícola y los gases de efecto invernadero entre un 10 y un 70 %.

La dieta mediterránea hay que entenderla como un conjunto de alimentos pero también como el exponente de una cultura y un modelo sostenible de producción y elaboración de los platos que contribuirían a mejorar la salud pública y tendría un impacto positivo en el cambio climático.

De ahí, resalta la Fundación, la importancia de su inclusión en la lista de bienes intangibles del patrimonio inmaterial de la humanidad de la Unesco.

Los expertos advierten que cuando los sistemas alimentarios tradicionales se pierden son muy difíciles de recrear. «De ahí „apuntan„ la necesidad de documentar, recopilar y diseminar el conocimiento y de utilizar la cultura alimentaria tradicional para promover conductas responsables, sostenibles y saludables».

Paradójicamente, mientras en los paises mediterráneos hay una disminución de este tipo de dieta que provoca sobrepeso, obesidad y malnutrición, en algunos paises desarrollados no mediterráneos hay un aumento de la adhesión a este tipo de alimentación.