La Policía Nacional investiga el robo del cáliz y el copón de las formas del presbiterio del Hospital Arnau de Vilanova. Los hechos sucedieron en la tarde del miércoles, cuando un colaborador del capellan Jorge Molinero se encontró con que el sagrario había sido desempotrado de la pared al romper los anclajes de sujeción. Los objetos litúrgicos para oficiar la eucaristía habían desaparecido, tal como confirmaron ayer desde la Archidiócesis de Valencia. La capilla, situada en el hall de entrada al centro hospitalario, se abre a las ocho y media de la mañana, para cerrarse a las nueve de la noche, salvo petición expresa de algún paciente o familiar. Todo apunta a que la sustracción, pues, pudo darse en las horas en las que el recinto religioso permanece abierto al público. El servicio de seguridad del hospital no se percató del hurto en el momento, aunque este periódico ha podido averiguar que se sospecha de una persona que entró y salió de forma reiterada de la capilla.

El valor de los objetos eclesiásticos expoliados no ha trascendido, aunque en la mayoría de los casos lo artístico y religioso suele superar a lo económico. En espacios donde existe un notable trasiego de personas, caso de un hospital, las parroquias de las que dependen las capellanías optan por piezas comunes cuya reposición no implique grandes dispendios. Cosa bien distinta es el apoderamiento ilegítimo de las formas, por la componente simbólica que representa para los católicos. De ahí que el capellán Jorge Molinero apuntara „ según AVAN„, a una «consternación muy grande». «Se están organizando grupos de oración de fieles en la capilla y en la vecina parroquia de San Josemaría Escrivá», de la que también es párroco. El cardenal Antonio Cañizares anunció para el próximo 6 de julio un acto de desagravio en la Catedral «por la profanación de la Eucaristía». Lo presidirá él mismo, a partir de las 20 30 horas, tras una misa a las 20 horas.