Una de las piezas clave de la administración valenciana es el director general de Función Pública. Esta cargo integrado en la Conselleria de Justicia, Gobernación y Reformas Democráticas es el encargado de firmar los nombramientos del tercer escalón, es decir, todos los directivos por debajo de los directores generales. Pese a que la consellera Gabriela Bravo podría nombrar a secretarios, subdirectores generales o jefes de servicio de todas las conselleries, técnicamente es más conveniente que la firma la estampe el titular de este puesto. De hecho, en todos los departamentos todavía se desconoce quiénes serán las nuevas personas que coordinen a los funcionarios pese a que el Consell se nombró hace un mes.

El titular de este departamento no ha sido designado por el desacuerdo entre PSPV y Compromís. Ambos partidos habrían aceptado al exlíder de Esquerra Unida Ignacio Blanco pero éste ha vuelto a rechazar la oferta del nuevo Consell como ya hizo en una reunión hace un mes con la vicepresidenta Mònica Oltra, que le propuso entrar en el Gobierno aunque de una manera menos concreta.

Fuentes del departamento que dirige Gabriela Bravo explicaron que PSPV y Compromís «todavía no han encontrado el perfil» para ocupar el cargo de director general de Función Pública. Las mismas fuentes admitieron que la ausencia de este alto cargo está generando un «problema importante» para toda la administración. «A la consellera le parece más prudente que sea el nuevo director general el que realice los nombramientos», apuntaron. En el caso de la Conselleria de Justicia todavía mantienen en su puesto a los anteriores cargos del tercer escalón hasta la llegada del director general de Función Pública.

En el trasfondo del desacuerdo está la pugna entre los principales sindicatos. Desde una parte de Compromís pretenden que la persona que ocupe esta dirección general clave debe ser de Intersindical Valenciana. Por su parte, el PSPV vería con mejores ojos a un miembro de FSP-UGT, que se opondría totalmente a que un integrante de una sección sindical rival ocupara este preciado lugar. Es la persona que negocia los salarios y las condiciones laborales de los funcionarios.

Otra parte de Compromís prefiere que la persona que dirija Función Pública no sea sindicalista. El PSPV también sería partidario de no «sindicalizar» el gobierno. El perfil de Ignacio Blanco, pese a que ha trabajado en CCOO, habría sido aceptado por los dos partidos y habría sido también un golpe de efecto ya que se habría dado la imagen de integrar en el Consell a un miembro de Esquerra Unida, que se quedó a las puertas de entrar en las Corts con más de 100.000 votos cosechados el pasado 24M.