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La C. Valenciana se prepara

La mezquita de Valencia abrirá el templo a los refugiados

Un proyecto para dotar de material escolar a niños en Siria fracasa por falta de fondos

El imán Tawil, ayer, en su despacho en la Gran Mezquita de Valencia. miguel ángel montesinos

Abdul-Raheem Tawil es el imán de la Gran Mezquita de Valencia. El líder de la comunidad musulmana prepara el templo para acoger a los refugiados sirios que previsiblemente lleguen a C. Valenciana en próximas fechas. Es a lo más que puede llegar la mezquita, agobiada por los problemas económicos a los que no es ajena. «La mezquita estará abierta para quien la necesite: daremos techo, comida, los llevaremos al hospital... lo que haga falta», explicó Tawil.

El imán de la gran mezquita es de hablar calmado y tranquilo. Desgrana, con precisión absoluta, tanto la situación de su propio templo como la de los refugiados con los que trabajan y recuerda que en 2013, en uno de los suburbios de Damasco llamado Guta, murieron más de 1.400 personas en lo que parecía un ataque químico. «Allí murieron miles de niños, si la comunidad internacional hubiera querido entonces se podrían haber movilizado», asegura.

En cualquier caso, en la mezquita sí que trabajan con refugiados sirios. Cuenta el imán el caso de una familia que llegó a Noruega a través del Polo Norte o la de un joven que caminó «miles de kilómetros» hasta llegar a Europa. Estas personas reciben asistencia de la mezquita, que ha organizado varias cenas y recolectas de dinero o comida para enviar a Siria a través de Líbano y Jordania

Otros proyectos planteados en la mezquita han fracasado. Tawil relata que pretendieron organizar lo que llamaron «mochila del estudiante»: la idea era sufragar los gastos escolares de niños sirios. Pese a que lo que en España «puede superar los 500 euros», allí en Siria solo cuesta «entre 10 y 15 euros», no han podido sufragar el proyecto. « Somos conscientes de que aquí en España la gente tiene sus propios problemas económicos», comenta el imán.

«Nuestro corazón, mente y espíritu está con nuestra gente en Siria, estamos en contra del fascismo, la dictadura y los asesinatos», relata Tawil, que hace hincapié en que en la comunidad son «pocos» y están «aislados de la sociedad». «Cuando empezó la revolución la gente estaba con el pueblo sirio pero ahora la gente se ha ido calmando y lo han olvidado», disecciona el imán, que recuerda que si no fuera por la foto del pequeño Ayman, habría sido mucho más difícil concienciar a la sociedad de nuevo.

«Ha habido muy poco movimiento político, los gobiernos tienen otros intereses en la zona», lamenta Tawil, que asegura que en otros casos de revoluciones en los países árabes la comunidad internacional reaccionó y pidió a los gobiernos locales que no atacaran a los manifestantes, «algo que no ha pasado ahora: parecemos ciudadanos de segunda». «No critican lo que está pasando en Siria, que es el principal problema. No queremos que vayan a luchar, solo queremos que Europa y Estados Unidos garanticen una zona de exclusión aérea que impida al Ejército sirio volar sobre zonas civiles y bombardear a la población», pide Tawil, que asegura que son estos bombardeos los que provocan que los sirios tengan que salir del país. «Además», matiza, «si no hubiera éxodo a Europa le saldría más barato porque no tendrían que atender a los refugiados que huyen».

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